Raúl Castillo el 08 abr, 2017 Mientras las miradas se centran en las reuniones mensuales de la Reserva Federal Americana donde todo el mundo descuenta ya varias subidas de 0,25 puntos básicos de los tipos de interés, o no, en Europa la fiesta continua o queremos que continúe sin saber quién va a pagar la factura, pese a que una de las gestoras de fondos más importantes del mundo PIMCO, ya le ha puesto fecha al final de la juerga europea a base de barra libre de liquidez: junio 2018. En la reunión del BCE de septiembre de 2017, se espera que Draghi comunique oficialmente el fin del dinero técnicamente gratis en Europa y que vaya cambiando la orientación en política monetaria desde la reunión de junio de 2017. PIMCO espera que el Banco Central disminuirá las compras bonos soberanos a 40.000 millones de euros al mes en el primer trimestre de 2018 y a 20.000 millones de euros al mes en el segundo trimestre, allanando el camino a una primera subida de tipos. Dicen los analistas de esta empresa financiera que “la política monetaria contribuyó sustancialmente a la recuperación mundial y europea de la crisis financiera, más aún que las políticas fiscales y estructurales de los Gobiernos, que han disminuido. Sin embargo, la eficacia de la política monetaria está disminuyendo y los riesgos para la estabilidad financiera derivados de una mala asignación de recursos aumentan cuanto más larga es la política monetaria en su forma actual. A pesar de la inflación subyacente, el crecimiento de la producción y las exportaciones se está limitando a un intercambio entre países de la eurozona”. La inflación aumentó significativamente con las mejoras generalizadas en la actividad manufacturera y de servicios en la zona Euro. El mercado de trabajo alemán también se benefició de unas condiciones más sanas, pero el BCE se aferra a la inflación, que todavía no llega al 2 por 100, como coartada para seguir con la fiesta de barra libre de liquidez. Datos más recientes, como el informe IFO alemán, la balanza comercial y la producción industrial mostraron focos de debilidad. Esto le viene de perlas a un banco central que no está convencido de que el aumento de la inflación y la recuperación general sea duradera y quiere seguir con la expansión. Draghi quiere que el euro siga siendo débil para apoyar a la economía y hará todo lo que esté a su alcance para evitar que suba, incluyendo minimizar o descartar la inflación mejorada y las previsiones del PIB. Las últimas comparecencias del Gobernador de BCE sirvieron para certificar que la deflación en Europa ha terminado, pero Draghi se resiste a despertar a los europeos de la ilusión monetaria en la que vivimos y señalo que, aunque los indicadores de sentimiento muestran que la recuperación económica está ganando fuerza, aun así “la inflación subyacente continúa por debajo de los objetivos”. Advierte que” si las perspectivas pasan a ser menos favorables, estamos preparados para incrementar la compra de activos tanto en volumen como en duración”. El pasado miercoles Draghi insistió en esta idea de hacer creer a los mercados de que “el dopping monetario” continuará ad infinitum en Europa. Pero una cosa es lo que diga Draghi y otra lo que piensen los operadores que realmente va a ocurrir. La mercancía averiada de la paridad eurodólar ya no la compra casi nadie y los traders están incrementando las apuestas alcistas en los mercados financieros sobre la moneda única. Los traders redujeron su red de posiciones cortas en eurodolar la semana pasada de 12 mil contratos de futuros a un total de 8 mil. Este último ajuste significa que las posiciones cortas en la moneda única se encuentran ahora en su nivel más bajo en cuatro años, como se aprecia en el gráfico de arriba. Los traders han ido reduciendo continuamente las posiciones cortas mantenidas durante mucho tiempo, ya que hay serias expectativas sobre la mejora de la economía europea que se dejan caer desde los alrededores del BCE por mucho que Draghi trate de rebajar el tono. Los mercados se han movido rápidamente al sospechar que 2018 podría ser el año escogido por el BCE para la subida de tipos en la zona euro, alimentando la reducción agresiva de las posiciones cortas en Euro a corto plazo. Los datos de los traders minoristas muestran que el 40% de los operadores están largos en el EURUSD. El ratio de largos sobre cortos en este par es de 1,5 a 1. De hecho, los especuladores se mantuvieron en su mayoría vendidos desde 15 de marzo, cuando la cotización del EURUSD llego a 1,0611. Desde allí. El precio se ha movido un 1,3% más alto desde entonces. Nada mejor que ver lo que hacen los que se juegan su dinero para adivinar el futuro de la cotización de la moneda única. Habrá queacostumbrarse a que el dinero vuelva a costar dinero. Ya saben: junio de 2018 fin de fiesta. Se acabó el “gas de la risa monetaria”, que diría Daniel Lacalle. Y escribimos esto después de dos semanas de caídas para el Euro que invitan a pensar en lo contrario, vamos a “porta gayola” y en contra lo que pueda parecer en este gráfico de arriba. Economía Comentarios Raúl Castillo el 08 abr, 2017
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