Podría se su padre. Carlos Checa retorna al Mundial de MotoGP a los 37 años. Marc Márquez aspira a conquistar el título de 125 centímetros cúbicos con 17. Estoril, el quinto circuito “español”, será la sede de otra fecha histórica. Nuestros pilotos han ganado catorce carreras en las últimas diez ediciones del Gran Premio do Portugal, que vivirá la consecución del podio número mil del motociclismo rojigualda. Solo hace falta un tercer puesto para alcanzar esta cifra. Eso sabe a poco.
El gran reto nacional es marcar un nuevo hito universal: superar las 34 victorias que Gran Bretaña alcanzó en 1967. España suma 33 y Márquez, que acumula nueve, aspira a obtener el “diez”. Nico Terol y Pol Espargaró intentarán impedirlo. Entre los tres se han adjudicado las quince pruebas de 125 celebradas en la presente campaña. Este triunvirato debe igualar el domingo el récord británico, en la primera cita de la jornada. Minutos después, Elías, Simón, Lorenzo y Pedrosa, que reaparece, pueden establecer la nueva plusmarca mundial. Y, como diría Bogart, siempre nos quedará Valencia, el 7 de noviembre.
El regreso de Checa a MotoGP en la temporada del triplete de títulos de sus compatriotas escenifica el relevo de una plantilla de jóvenes, desde Pedrosa a Márquez pasando por Lorenzo, que han protagonizado la evolución triunfal de nuestro motociclismo. Carlos debutó en el gran circo en 1993. Marc lo hizo en 2008. Quince años en los que nuestros pilotos han tomado el poder. Tres lustros en los que los equipos y las federaciones realizaron un enorme trabajo para dominar en todas las cilindradas.
A Checa le gustaría haber vivido esta época en la plenitud de su trayectoria profesional. Nunca se mereció dejar la cilindrada reina. La carencia de una moto competitiva le obligó a abandonar el MotoGP en 2007 -un año antes del estreno de Márquez en 125- para competir en Superbikes. El veterano vuelve al Mundial con una Ducati Pramac y disputará las dos últimas citas del año. Tiene una doble misión en la fábrica. Será un “consejero” especial para Rossi. Le explicará todas sus experiencias con la moto mítica de Italia, una labor que también realizará Capirossi, que en 2011 retornará a la casa roja bajo los colores del propio equipo Pramac. Valentino se rodea de veteranos especialistas en la bala roja para exprimir su último jugo con la máquina de su país. Objetivo: la octava corona de MotoGP en 2011.
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