Tal vez deberÃamos abandonar el mundanal ruido y escuchar únicamente música. Tal vez no nos lo podamos permitir, es cierto, pero nadie nos impedirá que, al menos de ‘tal vez’ en cuando, nos enfrentemos sólo a la perfección. No hay muchas pelÃculas perfectas, pero las hay. Una de ellas es ‘Operación Cicerón’, obra sin mácula visible hecha por Mankiewicz, sobre una historia real y un guión bordado, sin duda, por él y también por Michael Wilson (uno de los perseguidos por el macarthismo). Ninguna otra pelÃcula de espÃas, y mira que las hay de toda Ãndole y pelaje, se le puede comparar. Ninguna (ni siquiera ésa que estáis pensando). Es tan buena ‘Operación Cicerón’ que a veces se abre como un abanico y ventila asuntos gigantescos en unas conversaciones aparentemente cotidianas, como la del fabuloso James Mason (servidor y espÃa) con la fascinante Danielle Darrieux (condesa y villana) sobre los asuntos del ‘arriba’ y el ‘abajo’, sobre el dinero y la clase… La trama es directa, genuina, sin trucos, a plena vista del espectador, pero de una eficacia demoledora, irrespirable. La puesta en escena, su leve toque documental que le da una manita de realidad, los diálogos, la elegancia en todo cuanto se ve y se oye son puro Mankiewicz. Y el riesgo que asume esta historia de nazis, aliados, neutrales, caballeros, siervos…, al hablar de modo impúdico pero muy brillante y cÃnico de lealtades, traiciones, confianzas y ambiciones. Es una pelÃcula tan sorprendente que ni siquiera necesita ni una sola estrellona para ser eterna. Ésta es mi propuesta, la primera, de pelÃcula perfecta… Os invito a aumentar la lista.