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Blogs Una de piratas por Oti Marchante

Me mondo con el “universo” Velilla

Oti Marchante el

No voy a discutir con nadie sobre ello, pero a mí me hace mucha gracia Julián López (aunque menos que Joaquín Reyes o Ernesto Sevilla) y Miki Esparbé, y me hace mucha gracia en general el desperfecto ideológico de algunos personajes y situaciones habituales del “universo” Velilla, como ese Mauricio Colmenero que regenta el bar de “Aída”… En fin, que sin ánimo de discutir con nadie, a mí me compensa en risotadas “Perdiendo el norte” la falta de, digamos, ausencia de rigor, de profundidad, de mirada, de lenguaje y de bla, bla, bla que la crítica en general (y en sargento, también) le ha echado en cara a esta película tan despreocupada de tener todo eso, y que solo aspira (supongo) a tener una relación con el espectador muy sencilla: la risa. Por otra parte, también me hace gracia Blanca Suárez, y creo que reúne sin esforzarse, o sea, con naturalidad y cercanía, belleza y simpatía, dos gotas imprescindibles para la comedia romántica. En fin, que pierdo yo el norte: “Perdiendo el norte” no le descubrirá a nadie nada nuevo ni sobre la necesidad de emigrar, sus dificultades, ni tampoco sobre las parejas o sobre los lugares, sean Berlín o la Chimbamba; pero sí le puede proporcionar una hora y media entretenida y graciosa con los apuros de los dos “máster” en Berlín, y mira que Julián López tiene tanta cara de tener un máster en biogenética, o no sé qué, como Kiko Rivera. Vale que tira de tópicos y previstos, y vale que podría haber pretendido un algo más de pellizco o de singularidad. Pero yo estoy a gusto en ella, y me río tanto o más que si fuera buenísima.

ENLACE CON LA CRÍTICA DE PERDIENDO EL NORTE

Supongo que no es la mejor película de las estrenadas este fin de semana, pues tanto “Selma” como “Maps to the stars” ofrecen un dibujo más sólido cinematográficamente de Martin Luther King y de ese Hollywood viciosoo y depresivo. Y me imagino que también habría que poner delante a “Calvary” y a “Refugiado”.

Y me repito más que una lata de sardinillas en escabeche, pero sólo hay que saber qué quiere uno ver en el cine para encontrarlo: risas sin más, un intenso y real momento clave de la lucha de la población negra americana por sus derechos civiles, un repaso ácido y cruel al paisaje artístico y vital de Hollywood…

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