Tengo dos buenos motivos, o excusas, para este enorme paréntesis que he abierto con el personal globero; el primero (es un motivo) es que las vacaciones son una lata, pero hay que pasarlas como sea y haciendo cosas que uno no haría nunca en un día normal, y la segunda (es una excusa) es que las novedades en el blog siempre hacen que afloren en mí una mezcla de pereza e incompetencia: me cuesta entenderme con lo nuevo, como bien saben todos aquellos que me acusan de ser un crítico rancio y avellanado. Pero aquí estoy, y con los estrenos del viernes pasado, que no por pasado es menos viernes y sus estrenos son menos estrenos. De ellos, yo subrayaba el de los hermanos Pastor, “Los últimos días”, una película que, entre otras cosas, ofrece algunas imágenes insólitas de Barcelona, como la que (espero) que salga al frente de este post. También hago un enlace a la crítica de “Grandes esperanzas”, aunque no le aporte grandes cosas a lo visto y sabido de la novela de Dickens. Y no me voy a extender más porque corro el riesgo de darle a la tecla equivocada y que esto no salga… Las novedades y yo, ¡qué gran pareja!
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