El misterioso espacio que separa dos fotografías secuenciales, y lo que encierra, o puede encerrar, ese espacio (o tiempo): emociones, pensamientos, películas, ensoñaciones…, todo ello fugado, escamoteado al mirón. El territorio en el que actúa José Luis Guerín es extraño, sí, pero tan cercano a nosotros como nosotros mismos: el gesto, el instante que vemos en una fotografía viene precedido por otros y a su vez precede a otros muchos… Nosotros sólo vemos ese gesto, ese instante, pero somos conscientes de todo lo que no ha sido capturado en esa imagen: y ese terreno es el de nuestra imaginación. Guerín ha instalado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona ‘Las mujeres que no conocemos’, y un paseo por allí nos revela lo cerca que está la última de las tecnologías del más puro primitivismo: ir hacia atrás para tomar impulsos. Sus imágenes son cine esbozado; películas que nos invitan a inventarlas; emociones que pasaron fugazmente por delante de la cámara y de las que sólo podemos coger su estela, o nada. Hago esta página más o menos mientras que en Hollywood deciden sus nominaciones al Oscar. Todo es cine. Nada es lo mismo. Probablemente este mismo post nos sirva a todos nosotros para hablar de los nominados a los Oscar, y mi aviesa intención es que la página de las nominaciones esté encabezada por la noble cabeza de Guerín.
Una de piratas
por
Oti Marchante
Guerín (y los Oscar)
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