El musical del año

‘Dreamgirls’ es un musical apasionante y con algunos momentos que te cortan la respiración, casi todos ellos cantados por la voz inmensa de Jennifer Hudson, que ya le han dado un Globo, pero que supongo que su papel de Effie White la va a hacer volar de aquí a la eternidad. Musical en el más amplio, clásico y mejor sentido de la palabra, luminoso, brillante, bien bailado y, sobre todo, cantado con el mismo alma. La historia es como la vida misma: el éxito contra el fracaso, la amistad contra los sueños, el amor contra el interés, el talento contra la conveniencia…

Tal vez a algunos les sorprenda la cantidad de registros del multipillonario Eddie Murphy, que canta, baila, berrea y busca profundidad dramática en los abismos de su personaje. Beyoncé, que es la bomba, resiste ahí en el medio entre talentos que oscurecerían al propio sol. Aguanta ella y su personaje con lo que la naturaleza le ha dado, que es, permítaseme la expresión, una ‘jartá’… Jamie Foxx tiene que bailar con la más fea, y es un modo de hablar, pero el actor demuestra que tienes más dobleces que una pajarita como il faut.

A no todos les gusta el musical, pero a aquellos que les guste el musical les apasionará ‘Dreamgirls’, probablemente más que ‘Chicago’, de la que ya fue guionista Bill Condon, director de ésta. Más que Chicago porque, siendo igualmente brillante y espectacular, los que cantan aquí te empapan completamente con sus chorros de voz y la pasión se sale por todas las costuras.