El Festival va según lo previsto, a pesar de mis imprevistas risas con la película de Bruno Dumont, y enlazo con la crónica de “Ma Loute” y “I Daniel Blake”, de Loach.
Lo previsto es que Steve Spielberg haya hecho una película para todos los públicos, y eso, en él, quiere decir para que el mundo entero la vea, “Mi amigo el gigante”.
También puede considerarse algo previsto que de repente surja una película como la alemana, “Toni Erdman”, y que sin que nadie se lo espere arrase con todo: los dos personajes, padre e hija, ofrecen un combinado de humor y desesperación realmente insólito. Tanto la actriz como el actor se colocan como favoritos a los premios.
Y más previsto aún que Park Chang Wook sorprenda a todos con una película medio de intriga medio romántica, magníficamente filmada, inquietamente narrada, y de la que en algún momento saltará ese tornillo que siempre salta en el cine del coreano.
La fiesta final de la hija de Toni Erdman en la película alemana, y unas cuantas escenas tórridas entre la señora y la criada en la película coreana son de lo mejor que se ha visto hasta ahora. Y la interpretación a lo Chiquito de la Calzada de Fabrice Luchini en la película de Dumont, que igual también le produce algún rédito en el palmarés.
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