Paco León le trae al cine español algunas de sus mejores y más olvidadas cualidades, como la intuición, la negrura, los ácidos corrosivos que tanto sirve para lo cómico como para lo trágico. “Carmina y amén” es una depuración de estilo y de humores de su anterior película, “Carmina o revienta”. Sin subirse a tarima alguna, sin adornarse ni ponerse estupendo (sin creérselo, vamos), Paco León le da profundidad y complejidad a ese mundo en cuyo centro está Carmina, un personaje que podría tener un cara a cara con Torrente, pero que posee una gracia y una amargura lorquianas. Todas las críticas coinciden en lo lejos que llega en esta ocasión “Carmina”, y ahora falta que el público responda como si Paco, en vez de un apellido, tuviera ocho, o nueve. Enlazo con la crítica de esta película en ABC.
Y volvemos a insistir en lo de “Gangs of Wasseypur”, cuya segunda mitad es si cabe más sorprendente que la primera. Aunque haya que echar una jornada laboral casi completa, hay que verla.
Algunos críticos la han emprendido a palos con “No se aceptan devoluciones”, a mí, en cambio, me ha parecido entretenidilla, en algunos aspectos bastante original (en otros, no, pues se dirige con paso firme a colocarse finalmente en el molde) y me han gustado mucho su pareja protagonista, un remedo de Cantinflas y una niña con resabio. Aunque se la han firmado a Antonio Weinrichter, la crítica con la que enlazo la he hecho yo. No creo que el pobre A.W. tenga que apechugar con esta opinión mía tan a contrapelo de los demás.
Y la de “Aprendiz de Gigolo” puede encontrar al espectador adecuado que le vea la gracia a este cruce de Turturro con Woody Allen sin la malicia de los Coen.
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