Se nos presenta un fin de semana complicadito y en el que la elección ha de ser personal, íntima, razonada (si se puede) y de vital importancia…
Ha de pensarlo uno muy bien antes de decidirse:
No sabría, primero, entre qué quedarme: si con la inteligente descrición de interiores de Polansky en “Un dios salvaje” o si con la tenue y poética mirada de Gustavo Taretto a los azares del amor en “Medianeras”… O tal vez, con la potencia sanguínea de “Asesinos de elite” o la sanguínea potencia de la nueva de “Crepúsculo”… O sencillamente, quedarme en casa para terminar el juicioso libro de mi amigo Eduardo Torres Dulce, “Jinetes en el cielo”, sobre el cine a caballo de John Ford…
Aunque un fin de semana, posiblemente lluvioso, da para todo ello.
Y una vez pasado éste, las cosas cambian…, y no me refiero a las cosas de la política, que probablemente también, sino a las cinematográficas:
¡A Mérida!
Arranca el Festival de Cine Inédito con un programa que también podría llamarse de cine fantástico:
En fin, fin de semana para tomar decisiones; una de ellas, la de tomar rumbo a Mérida.
cine
