Pablo M. Díez el 02 abr, 2011 La habilidad de los políticos para cambiarse de chaqueta es de sobra conocida. No sólo en España, sino hasta en Japón, donde todas las autoridades, desde el primer ministro Naoto Kan hasta el último funcionario del pueblo más perdido y devastado de la costa noreste, lucen estos días unas peculiares chaquetas de trabajo azules o marrones. El primer ministro, Naoto Kan, visitando a una damnificada por el tsunami en Rikuzentakata. AP Como en Japón están organizados hasta para las catástrofes como el tsunami o la alarma nuclear, los políticos han sacado del armario sus monos de trabajo. Lo que me gustaría saber es de dónde demonios han sacado tantas chaquetas, algunos hasta con los nombres bordados, en tan poco tiempo, sobre todo cuando medio país se ha paralizado por falta de electricidad, piezas de recambio y destrozos en las carreteras. Con dicho atuendo, similar al uniforme que utilizan los empleados llanos, quieren lanzar a la sociedad nipona el mensaje de que están manos a la obra. Es lo que tiene esta sociedad de la imagen donde los políticos buscan constantemente salir en la foto. Pero su esfuerzo propagandístico parece un tanto discutible cuando en muchos de ellos se descubre que, bajo la nueva chaqueta de turno, aún resiste la vieja corbata de siempre, seguramente de marca y perfectamente anudada. Todo un símbolo de que, bajo el mono de trabajo, no hay simples currantes metidos en faena, sino políticos chaqueteros. Otros temas Tags chaquetachaqueteroscrisisimagenkanmonosnaotonuclearpoliticosterremototrabajotsunami Comentarios Pablo M. Díez el 02 abr, 2011
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