Pablo M. Díez el 21 feb, 2009 Después de diez días en Camboya cubriendo el inicio del juicio contra los Jemeres Rojos por el genocidio cometido entre 1975 y 1979, que costó la vida a dos millones de personas, he escuchado todo tipo de atrocidades tanto de víctimas como verdugos. El exterminio jemer es, sin duda, un apasionante tema histórico y periodístico, pero también una de las mayores aberraciones que ha conocido la Humanidad. Tras oír una imparable sucesión de sádicas torturas y brutales ejecuciones y ver las enormes desigualdades sociales y la extrema pobreza que aún sufre Camboya, me marcho de Phnom Penh con esta imagen clavada en la retina, captada durante mi último día en la capital camboyana. Al atardecer, un grupo de mujeres practica aerobic a la sombra del Palacio Real de Phnom Penh En el parque situado bajo la puerta del Palacio Real, un grupo de mujeres practica aerobic bailando al son de una alegre música discotequera, olvidándose por un momento del horror que sufrió hace tres décadas el pueblo camboyano, donde no hay una sola persona que no perdiera a uno o varios familiares a manos del atroz régimen impuesto por Pol Pot y sus secuaces. Frente a sus intentos por crear una “nueva y pura sociedad agraria” alejada de todo materialismo en su horrendo “Año Cero”, subyacen las ganas de vivir del ser humano. Este es, por tanto, un homenaje al sufrido pueblo camboyano y a su espíritu de superviviencia. Otros temas Tags atrocidadesgenocidiojemeres rojospalacio realphnom penh Comentarios Pablo M. Díez el 21 feb, 2009
Entrevista íntegra a la Nobel de la Paz María Ressa: “Las elecciones de Filipinas son un ejemplo de la desinformación en las redes sociales”