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Chet Atkins, y el “Sonido Nashville”

Se cumplen 18 años desde que falleciera el hombre que rescató a la música country.

Chet Atkins, y el “Sonido Nashville”
Álex González el

Nació y murió en Tennessee, el estado catalogado como la “cuna” de la música country. Fue uno de los mayores productores musicales del país, y a su vez uno de los mejores guitarristas de la historia. En ocasiones cantó con la voz, pero lo que mejor se le daba era hacerlo mediante las cuerdas de sus instrumentos. Se le puede ver tocando ukeleles, mandolinas, violines, banjos o guitarras; y siempre, de manera excepcional.

El asma hizo que desde bien pequeño se durmiese todas las noches en una cama incorporado, con una guitarra en las manos. Convirtió la pasión por la música en una obsesión. Se fijó en uno de los grandes cantantes de la historia como fue Merle Travis. El hombre que en sus canciones se remitía a la labor de los mineros de Kentucky, y nos acercaba hasta el más profundo “Western”. Ese género que salía de la música de los montes Apalaches.

Atkins fue un músico de un nivel muy alto. Le apodaron como “Mr Guitar”, por lo tanto imagínense cómo podía tocar tal instrumento. Otro de sus apodos fue “The Country Gentelman”, es decir, el “Caballero del Country” por esa labor que hizo en los años 50 de rescatar un género que se iba a la deriva, y al cuál abrió la posibilidad de incluirle en una industria musical más cercana al Pop que demandaba la sociedad del momento. Unos cánones que se conocieron como “Sonido Nashville” en honor a la capital del estado de Tennessee. Esta industria no gustó a todo el mundo, como cualquier cambio. Ante ella, surge un movimiento en los años 70 liderado por cantantes de country como Waylon Jennings, Willie Nelson, Johnny Cash o Kris Kristofferson. Los llamados “Cantantes de fuera de la ley”, los “Outlaw Country”.

Este quizá fue su tema más representativo. Lo hemos visto en boca de Vaughn Monroe o Emmylou Harris, pero la de Atkins es una versión totalmente diferente y reconocible.

Chet Atkins convivió con la radio desde bien joven. Tocó el violín y la guitarra para grandes cantantes de música country. Y consiguió aparecer en el mítico programa de radio “Grand Ole Opry” en el año 1946 como parte de la banda de Red Foley, un importante cantante y personaje televisivo que ayudó a impulsar la música country tras la Segunda Guerra Mundial.

También se codeó con la “Carter Family”, el grupo de la famosa cantante June Carter, su madre y sus hermanas, que tanto hizo para promocionar el género musical de los Apalaches. En los años 50, se traslada a Nashville (Tennessee), junto a este grupo, y consigue empezar a formar parte de los miembros del “Opry”. Además saca a la luz sus primeros temas, aparece en programas de televisión, y en festivales de música country. También lanzó el diseño de una marca de guitarras muy conocida en la época, las “Gretsch

En esta década, un director ejecutivo del sello musical “RCA Victor”, llamado Steve Sholes, se fijó en él y le firmó para su compañía. En 1957 consiguió hacerse gerente a cargo de la zona que abarcaba Nashville. Este es otro de sus grandes temas, se llama “Silver Bell” y lo llevó al éxito junto al gran Hank Snow.

Chet Atkins era una persona muy tímida, pero trabajó con los mejores de la época. Cuando se hizo cargo de la división de Nashville de la compañía “RCA Victor” tardó poco en ser nombrado ingeniero jefe. Aquí fue cuando decidió dar un vuelco a la música country, y acercarse a un público más “Pop”. Elimina las guitarras de acero y los violines de las grabaciones. Crea un estilo a la hora de tocar la guitarra como hacía su ídolo, Merle Travis, en el cual la utilización el pulgar es clave para los ritmos. Hace que los productores sean los que dirigen el material de los artistas. Algo que los más “rebeldes” no reciben bien. Y sobre todo odia la etiqueta que ponen los medios de comunicación a esta nueva corriente. Un estilo que se cataloga y pasa a la posteridad bajo el nombre de “Sonido Nashville”.

Al igual que Atkins se sintió influenciado por gente de la talla de Hank Snow o Merle Travis, él también fue precursor de grandes músicos que todavía dan recitales allá por donde pasan. Así lo reconoció el cantante, productor y guitarrista escocés Mark Knopfler. Un músico arraigado en las costumbres americanas.

Aquí le vemos junto a Mark Knopfler en el año 1987. Menudo mano a mano.

Se convierte en una persona muy influyente en la cultura musical estadounidense. El hecho de padecer un cáncer le llevó a apartarse de las tareas administrativas de la compañía y volver a acercarse a la guitarra. Era un amante acérrimo del Jazz, y esas influencias las intentó remarcar en sus trabajos.

Durante tres décadas fue invitado por todos los presidentes a la Casa Blanca, y tiene el honor de haber sido el primer hombre en contratar a un cantante afroamericano de música country. Hablamos de Charley Pride, un artista que tuvo mucho éxito en los 70. Esta contratación derivó en varios altercados por el “Movimiento por los derechos civiles”.

A lo largo de su carrera tocó muchas canciones de otros artistas. Siempre poniéndole su aporte diferente desde la guitarra. Fíjense en esta versión de la canción de “Mrs Robinson” de Simon y Garfunkel. Un tema que recordemos aparece en la película “El Graduado” de 1967, interpretada por un jovencísimo Dustin Hoffman.

Pertenece al Salón de la fama de la Música Country y al del Rock and Roll. Ha sido galardonado 14 veces con Premios Grammys, y durante años ha sido el Mejor Instrumentalista para la Asociación de la Música Country. Chet Atkins no era un cualquiera, ni pasó desapercibido; pero desde hace 18 años, la música ha perdido a una de las personas que más visión ha tenido, y que mejor ha sabido catapultar tanto a los artistas, como el material que producían, hasta la fama internacional.

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