El 23 de Noviembre de 1934, una cantante criada entre Filadelphia y el neoyorkino barrio de Brooklin cautivaba los oídos de los espectadores que esa noche se daban cita en uno de los clubs más conocidos del mundo. El Teatro Apollo situado en el barrio de Harlem, conocido por ser lugar donde se daban cita los mejores músicos de la historia del Jazz, acogía en esa ocasión a una joven cuya infancia había estado marcada por problemas como la prostitución, el absentismo escolar, el abandono de su padre y los intentos de abusos sexuales. Eleanora Fagan, más conocida en el mundo de la canción como Billie Holiday, fue una muchacha que desde los doce años se ganó la vida cantando en clubs nocturnos. De hecho, en sus primeros años de carrera decidió adoptar el apodo de “Billie Holiday” cogiendo el nombre de su admirada actriz Billie Dove, y de un músico llamado Clarence Holiday, quién según cuentan pudo ser su verdadero padre. Pues bien, con tan sólo 19 años, Holiday se presentó en un escenario que ha sido cuna de grandes artistas como la también cantante de Jazz, Ella Fitzgerald o el Rey de la música Pop, Michael Jackson. Un Teatro que marcó un antes y un después en su carrera, ya que el público quedó prendado del talento que poseía la cantante. Su estilo, caracterizado por la forma en la que jugaba con el tempo y su poder en la improvisación, fue pionero dentro del Jazz. Esa noche, fue la primera de las 23 veces que cantó en este Teatro Apollo, y lo hizo con dos grandes temas como “The Man I Love” y “If The Moon Turns Green”. Nos vamos a quedar con esta última, y dado que no hay archivos de esa velada de 1934, lo haremos con una grabación que Holiday realiza en el año 1952.
Si la luna se pone verde
Y las sombras se levantaron y caminaron ruidosamente
Las nubes caen al suelo
No me sorprendería
Porque no te enamoraste de mí
Si las estrellas se volvieran azules
Y los sauces que lloran comenzaron a cantar
El clima cambia a primavera
No alzaría los ojos
Porque no te caíste, amo conmigo
“If The Moon Turns Green”, Billie Holiday, 1934.
Billie Holiday, posteriormente comenzó a tener una fama relevante ya que el pianista Teddy Wilson le sometió a una serie de grabaciones que son oro puro. A los ritmos de Wilson se sumaba el talento improvisado de una cantante única en ese estilo. Además a su carrera musical hay que sumar alguna que otra participación en cortometrajes y largometrajes con los que su fama creció. Comenzó a coleccionar verdaderos éxitos de la historia del Jazz como “My Man”, “Night and Day”, “I Can’t Get Started” o “”You Go To My Head”; y se ganó apodos como “Queen of the song” o “Lady Day”. Este último apodo se lo puso el saxofonista Lester Young y lo utilizó para firmar algunas grabaciones y no aparecer con su nombre real, ya que se estaba saltando algún contrato discográfico. Recomiendo abiertamente ver la película sobre su vida que se hizo en 1972 y que protagoniza la oscarizada actriz Diana Ross. Está basada en su autobiografía de 1956 y se llama de la misma manera “Lady Sing The Blues”. Una mujer que se codeó con los más grandes artistas del continente y que goza de estar en dentro de la Santísima Trinidad de las mujeres que mejor han cantado Jazz a lo largo de la historia. Hablamos de Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald y la propia “Lady Day”. Pero ahora quiero quedarme con una canción que según la revista Time, es la Mejor Canción del Siglo XX. Un tema muy duro, que publica en 1939, y que habla sobre los linchamientos que padecía la población negra del país de los campos de algodón. Una “Fruta Rara” que se convirtió en uno de los primeros himnos del movimiento por los derechos civiles, y es que Billie Holiday también cumplía ese requisito de ser mujer, pobre y negra.
Los árboles del sur dan una fruta extraña
Sangre en las hojas y sangre en la raíz.
Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur
Extraña fruta colgando de los álamos
Escena pastoral del sur galante
Los ojos saltones y la boca torcida
Aroma de magnolias dulces y frescas
Entonces el repentino olor a carne quemada
“Strange Fruit”, Billie Holiday, 1939.
Hablamos de una artista que contaba historias con sus canciones, y realmente, era su propia historia. Una mujer adicta al alcohol y las drogas, que comenzó fumando marihuana con la Ley Seca que asolaba en Estados Unidos, y que terminó en la heroína. Con una voz desgarrada por el vodka y la ginebra; a lo que habría que sumar que no tuvo las mejores compañías en el amor. Se casó con un trombonista llamado Jimmy Monroe, del cual se divorció tras engañarle con su camello, el trompetista Joe Guy. Su vida no fue fácil, como prácticamente la de ningún músico de Jazz de esos años. La noche traía malas experiencias, y los escenarios eran el mejor lugar para contarlas. Como este otro éxito llamado “I’ll Be Seeing You” que canta a mediados de los 40.
Te estaré observando
En cada hermoso día de verano
En todo lo que sea ligero y alegre
Siempre pensaré en ti de esa manera
Te encontraré en el sol de la mañana
Y cuando la noche sea nueva
Estaré mirando la luna
Pero te veré
“I ‘ll Be Seeing You”, Billie Holiday, 1944
Aclamada por muchos, murió arruinada y bajo custodia policial. Tiene varios Premios Grammys, y está en el Salón de la fama del Rhythm and Blues. Una cirrosis se la llevó por delante con tan sólo 44 años. Era el año 1959, y la mala vida que había llevado acabó con ella. Su primer arresto fue en 1947 por posesión de drogas y pasó una temporada en la cárcel. Estaba viviendo un gran momento musical, y por ello le quitaron la tarjeta de Cabaret de Nueva York, sin la cual no podía tocar en locales donde se vendiese alcohol. Esta tarjeta había que renovarla cada dos años, y se empezó a utilizar en 1940. El objetivo era que los artistas con mal comportamiento estuviesen lejos de los clubs. Realmente llenó teatros posteriormente, aunque en 1949 fue detenida de nuevo, y así se sumergió en los años 50, época en la cual escribe su autobiografía. Unos años en los cuales se la vio bastante deteriorada físicamente por las drogas y el alcohol. Justo un mes antes de morir fue arrestada de nuevo por posesión ilegal de narcóticos, y tras haber sido víctima de varias estafas murió totalmente en la ruina económica. Una mujer que fue puro talento, y la mejor dentro de su registro, a la cual la vida le puso piedras en el camino desde bien pequeña. Una diva de la canción que nos dejó demasiado pronto y a la que recordamos por su contribución dentro de ese tan complicado estilo musical como es el Jazz.
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