Mourinho es un ganador de títulos y no se anda con rodeos. La Liga está perdida desde que el Madrid perdió en los campos del Sevilla y del Betis. Y su entrenador expuso claramente a los futbolistas que sus objetivos principales serán la Champions y la Copa del Rey, un torneo que el club tiró tontamente durante una década por considerarlo un trofeo menor. También lo hizo el Barcelona. Tuvo que venir Mourinho para recuperar la importancia de conquistar una copa que en Inglaterra es más que la Premier, aunque no clasifique para la Liga de Campeones. Ahora, el portugués está centrado en esa Copa del Rey y piensa en la Copa de Europa. Por eso viajó este domingo, día 13, a observar al Manchester United. Los jugadores saben que su jefe persigue esas dos metas. Pero eso no quiere decir que no rindan en la Liga. La falta de intensidad que algunos miembros del equipo demostraron en Pamplona enojó enormemente al técnico. Él siempre exige entrega máxima. Reserva hombres como Ozil para la Copa, pero quienes saltan al campo tienen que darlo todo. Hay toque de atención a la plantilla. Son terceros en la Liga y no pueden despreciarla. Todos quieren ser protagonistas en la Copa y en la Champions, pero también deben darlo todo en el campeonato de la regularidad. El luso les ha dicho que quien sale en la alineación del Madrid debe exprimirse. Ya se encarga él de las rotaciones para que el reparto de esfuerzos sea óptimo entre la Liga y la Copa. Algunos jugadores están desaprovechando muchas oportunidades.
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