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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Zidane quiere recuperar la agresividad del Madrid

Tomás González-Martín el

El nuevo entrenador del Real Madrid argumentó el pasado sábado que su equipo saldría a dominar el partido del Villamarín desde el primer segundo de juego y los hechos le quitaron la razón. Sus futbolistas no le hicieron caso. Repitieron esa pasividad pasmosa e inadmisible que demostraron con Benítez frente al Sporting y el Villarreal a domicilio. Para Zidane, como para Benítez, como para los dirigentes del club, es incomprensible que unos jugadores de la calidad de los blancos admitan ser dominados por un conjunto modesto, el bético, como lo es el Sporting, que salen al campo con la ilusión de vencer a Goliat y con unas ganas que Zinedine echó de menos en los suyos. Esas ansias surgieron cuando vieron las orejas al lobo y los verdiblancos marcaron el 1-0. La pregunta que se hace el técnico madridista es por qué estos futbolistas tan cualificados esperan a que les marquen un gol para despertar y ponerse a jugar.

El Madrid, en efecto, reaccionó cuando se vio con el agua al cuello. Zidane lo dijo claramente: le gustaría haber visto esa tensión al principio del encuentro. Porque la estadística del fútbol expone una verdad que los jugadores conocen. quien anota el primer tanto gana el 68 por ciento de los partidos. Es una vieja ley de éste deporte que los entrenadores de los grandes equipos relatan a sus hombres. Los futbolistas del Madrid lo saben. No se entiende entonces por qué sestean hasta que les ponen el marcador en contra.

Zizou quiere recuperar la vieja agresividad del Madrid para mandar desde el primer minuto e imponer la clase con el carácter que ahora echa de menos en este plantel. Desea recuperar la personalidad y el coraje que tenía el Madrid en el que brilló como futbolista desde 2001 a 2006. El que definió históricamente a este club. Se ha perdido en un plantel repleto de futbolistas que proceden del exterior y no tienen el compromiso de los madridistas de cuna como Carvajal, Nacho y Arbeloa. De los madridistas ganados para la causa como Pepe y Ramos. Los fichajes foráneos tardan en adquirir ese espíritu. y es una pena para el club que los representantes de esa garra sean solo defensas. Hacen falta mediocampistas y delanteros que impongan esa fuerza para que el equipo lo note en su fútbol ofensivo. Xabi Alonso fue el último hombre de esta estirpe que inyectó personalidad al Madrid desde el timón del conjunto. Ni Modric, ni Kroos, ni James, ni Isco, cuatro medias punta reconvertidos, tienen esa voluntad de mando y grito en plaza. Y hace falta escuchar ese grito que levante la moral al grupo.

Zidane anhela cambiar esta frialdad del equipo y obtener esa sangre que el fútbol blanco denota en demasiadas ocasiones. Esa fuerza que le habría permitido vencer en Gijón y en el Villamarín. Esa potencia mental que le habría dado la victoria frente al Málaga en el Bernabéu. Hablamos ya de nueve puntos perdidos. Y podríamos sumar uno o dos más correspondientes al Sánchez Pizjuán,  donde el Madrid perdió 3-2 después de ir ganando 0-1. Eso, antes, no pasaba. Y en fútbol, muchos puntos se logran con carácter, no solo con calidad. El Madrid ha conquistado muchos puntos con su clase y ha perdido bastantes por su falta de agresividad, que es una virtud esencial en este deporte. El Betis, el Málaga, el Sevilla y el Sporting tutearon a los blancos gracias a ese coraje, característica que este Real Madrid desconoce.

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