Tomás González-Martín el 10 feb, 2016 Zinedine Zidane era la carta guardada de Florentino Pérez para tranquilizar al Real Madrid y devolverle a la normalidad. Al presidente le gustaría haberla sacado uno o dos años más tarde, sinónimo de que Benítez lo estaría haciendo bien. El técnico madrileño, sin embargo, fue recibido mal por la prensa y por un sector de la afición. Todo comenzó de uñas. Y el ambiente del Bernabéu en su contra generó una tensión en el equipo que acabó con su destitución, distanciado también de muchos futbolistas. Florentino Pérez tuvo que sacar la carta blanca del francés y ha sido un éxito. Desde el primer día, el 5 de enero, se dijo que Zizou era muy joven para adquirir este cargo. Pero ha demostrado que es uno de esos genios en el campo que también puede serlo como técnico. Hay grandes jugadores que no supieron trasladar su talento a los banquillos. Otros, como Del Bosque, Miguel Muñoz, Valdano, Cruyff y Guardiola, sí saltaron del pantalón corto al largo con éxito. Zinedine ha desvelado en dos meses una sabiduría para tratar al futbolista como solo un jugador puede hacerlo. Y lo más importante: ha devuelto al Real Madrid a la senda del dominio del balón, el mando y la posesión como punto de partida para el desarrollo de su fútbol. Y exige a sus hombres aplicar esa estrategia de concepto en los partidos a domicilio, una orden que ellos no ejecutan. Conseguirlo es su primer gran reto. Es el respeto que produce Zidane la premisa para la evolución que vive el conjunto blanco. Con él se ha serenado el madridismo. La ilusión que ha sentido la afición ha sido un germen que se ha notado en el Bernabéu, con aplausos al entrenador y al equipo. Y la directiva se convence paso a paso de que el nombramiento ha sido acertado. El preparador ha superado la lógica duda de su falta de experiencia con la imposición de su ideario de estilo de juego y la labor psicológica con sus hombres. Ha recuperado paulatinamente a James para la causa, ha sacado a Isco y Jesé del ostracismo, cuenta con Kovacic y tiene la asignatura pendiente de dar más minutos a Lucas Vázquez y Casemiro. Zizou se gana un margen día a día. Cogió una plantilla hecha y en desventaja con el Barcelona, y ahora aborda la meta de alcanzar algún título. A cuatro (o siete) puntos del Barcelona, no se le puede acusar si al final no gana la Liga, que es su objetivo. Y la Champions está en sus manos, pero es una competición traicionera que te elimina por un mal partido. El galo necesitará tiempo para valorar su trabajo. De momento se ha ganado al madridismo y es respetado. Una cosa muy importante en un club que en los últimos años vivió división de opiniones con Pellegrini, Mourinho, Benítez y hasta con Ancelotti en diversos momentos. Ya es mucho que el técnico sea admirado. Por ahí se empieza. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 10 feb, 2016
Fichar en invierno significa que la plantilla se hizo mal en verano: en el Real Madrid las bicicletas, como Mbappé, son para el verano
El enemigo de Real Madrid, Barcelona y otros grandes es la proliferación de los clubes estado pagados por dictaduras
Gento juega en el cielo junto a Kopa, Rial, Di Stéfano y Puskas, los cinco ángeles de la mejor delantera de la historia
La FEF y sus barras de medir: se aplaza el Betis-Sevilla por agresión pero no se suspendió el clásico con el lanzamiento de botellas y un cochinillo a Figo. El juez era el mismo, Medina Cantalejo, ahora presidente del Comité de árbitros
El Real Madrid venció 3-2 al Barcelona, le saca mil puntos en Liga y el barcelonismo es alucinantemente feliz: “Ya competimos”, dice Piqué