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Real Madrid: la oportunidad de dar un vuelco al ambiente reinante

Tomás González-Martín el

El fútbol español vive un aura de mando barcelonista que el Real Madrid y el Atlético pueden destrozar si creen en sí mismos. Zidane dijo tras el 0-1 del último derbi que la Liga estaba perdida. Lo expresó para que no le preguntaran cada semana si había opciones de título. Ahora, en silencio, Zinedine ha expuesto a sus futbolistas que pueden cambiar el destino de la Liga si son valientes y vencen el sábado en el Camp Nou. Es la última oportunidad de dar un golpe al balance de situación, ha manifestado el entrenador francés. Sus pupilos deben jugar con la agresividad, la presión y la intensidad que se ha echado en falta en el conjunto blanco en demasiados  partidos a domicilio, desde El Molinón al Villamarín pasando por Los Cármenes y La Rosaleda.

Lo primero que han de hacer los futbolistas el Real Madrid es creerse de verdad que pueden ganar en Barcelona. El año pasado, Cristiano marcó el 1-1 tras un taconazo de Benzema, el equipo de Ancelotti pudo ganar y al final perdió por no creer en sus verdaderas opciones. Ronaldo dijo que se asustaron. Se acomplejaron. Es ese complejo el que han de eliminar de una vez. El complejo que vimos en el 0-4 del duelo de la primera vuelta en el Bernabéu. No es el Real Madrid un equipo acomplejado históricamente, pero en los últimos años sí se ha notado ese problema. El sábado es un día para acabar con el dilema.

El Real Madrid tiene mimbres para vencer al Barcelona. El Atlético espera que los blancos den su máximo nivel en el Camp Nou, pues una victoria madridista colocaría a los rojiblancos a seis puntos del líder si superan al Betis en el Calderón. El conjunto de Zizou se quedaría a siete puntos, a falta de siete jornadas, 21 puntos, por dirimirse. En esa hipótesis, el campeonato se le complicaría al Barcelona, que ya no podría fallar mucho. Y el enfrentamiento con el Atlético en Champions, los días 5 y 13 de marzo, serían un plus añadido de estrés.

Zidane y el Real Madrid tienen la ocasión, el sábado, de acabar con este ambiente de resignación que impregna el fútbol español, un clima de reinado azulgrana que parece incuestionable, beneficiado también por los problemas internos vividos por el Real Madrid hasta enero, con el despido de Benítez y su desunión con la plantilla. Llegó Zinedine y todo cambió en Valdebebas. El entendimiento es claro. Ahora falta que los jugadores blancos ofrezcan ese rendimiento físico que el francés les exige para poder marcar la diferencia. Les ha dicho con sinceridad que hoy no se gana solo con calidad. Les ha criticado tras el derbi por correr menos que los rivales. La situación ha empezado a variar. La titularidad de Casemiro, y a veces de Lucas, son mensajes de lo que el equipo debe hacer en el césped.

El sábado, el Madrid de Zidane tiene la gran oportunidad de dar un golpe a esa superioridad filosófica del Barcelona, admitida socialmente. Recordemos que el Barcelona estaba en plena crisis en noviembre de 2014 y fueron los líderes del plantel los que evitaron el despido de Luis Enrique para alcanzar, con autogestión, el éxito posterior. Demosraron que el fútbol, en efecto, es un estado de ánimo. El Real Madrid debe recuperar ese estado de ánimo para revolucionar el balance de situación. En sus botas está.

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