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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Que Hierro les cuente el carácter de Camacho

Tomás González-Martín el

El problema que ha sufrido el Real Madrid desde que perdió en Mestalla el 4 de enero es una falta de espíritu en el campo, una carencia de coraje, que ha extrañado al madridismo. Pepe y Ramos eran y son los hombres que enardecen al equipo cuando las cosas van mal. Lo malo es que ambos jugaron mal, tocados, en la eliminatoria copera frente al Atlético. Necesitaban que otros compañeros asumieran ese rol para que quien hablara basara sus mensajes de ánimo en el rendimiento propio. Ahí tiene un problema la plantilla. Cristiano no lidera al grupo en la cocina. nadie lo hace. Hay una anarquiís general. Y debe ser Kroos quien asuma ese rol y mandar en el vestuario como manda en el césped. Demostró su valentía en San Mamés sacando el enfado ante el desastre. Quiso y no pudo, pero lo intentó. Hace falta alguien que grite y ponga firmes al grupo. Fue Hierro, vista la situación, quien dio una arenga en el intermedio del encuentro de Bilbao. Ejerció el liderazgo que tuvo cuando fue jugador y que ahora echa de menos en el equipo actual.

Ancelotti miraba a Hierro con atención al verle ejercer de jugador sin jugar. Hacía falta. El ayudante del entrenador ha sacado dos veces ese orgullo estos meses y ha cogido el timón ante la falta de timonel espiritual del Real Madrid en el plantel. Hierro era un líder. Y Camacho. El malagueño debe recordar también a estos futbolistas de ahora quien era Camacho. Ver cómo se levantaba a un grupo en el vestuario con él, como anteriormente hicieron Stielike, Ricardo Gallego y Juanito. Era un espectáculo de fragor deportivo digno de ver esa forma de inyectar confianza a un conjunto.

Ellos heredaron el carácter del Real Madrid que dejaron hombres como Benito y Pirri, otros estandartes de esa capacidad de decir lo que significa el club y el orgullo de defenderlo. Todavía recordamos cómo Gregorio Benito, Goyo, hizo salir a todo el equipo al centro del Bernabéu al final de un partido que se perdió con claridad. El capitán adujo a sus compañeros que se había perdido, pero ellos eran unos futbolistas dignos y no debían sentirse avergonzados por perder por dos o tres goles. Todo el grupo salió al campo y esperó palmas o pitos, pero con dignidad. No hubo pitos. La personalidad de un equipo que se había dejado todo en el césped era indudable. Y se sentían orgullosos de ello. Hoy falta ese orgullo en estos jugadores del Real Madrid.

Este Real Madrid necesita demostrar la calidad que posee y sus hombres deben aprender a sacar carácter, una virtud que no tienen. Hay que adquirir responsabilidades con personalidad y jugar con voluntad, garra y valentía. Hemos visto a jugadores arrugados en el Calderón y en San Mamés. Esto no puede ser en el Real Madrid. Si un futbolista se asusta ante la presión, sobra en este club. Se ganan los partidos con fútbol, pero un jugador nunca se puede esconder ante la agresividad del contrario, un arma que utilizan muchas veces los rivales para equilibrar la superioridad manifiesta del conjunto blanco.

Hierro tiene que enseñar mucho a unos cuantos futbolistas. Ancelotti también era un líder. Es en estas situaciones cuando se demuestra que uno merece ser profesional del Real Madrid. Jugar en el Bernabéu contra un modesto es muy fácil. El futbolista del Madrid demuestra que lo es en estadios como el Camp Nou, el Calderón, Mestalla, San Mamés y el Sánchez Pizjuán, por no decir el Allianz Arena de Múnich.Para ganar a los equipos humildes en Chamartín, lo digo con todo el respeto, el Madrid puede alinear a diez jugadores y a mí. Ser una bandera del Real Madrid significa perder o vencer en Bilbaoo en el Calderón, pero dando una imagen de equipo. Hierro tiene trabajo por hacer. Y Ancelotti.

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