FlorentinoPérez apuesta fuerte por una filosofía de juventud y calidad en el Real Madrid. Los informes de su cuerpo técnico aconsejan tener una plantilla de jóvenes con mucha clase, porque son los futbolistas que pueden vencer por su valía y porque tienen más hambre de títulos que los veteranos. El cóctel joven y con calidad lo aporta todo. El presidente del Real Madrid comenzó a vivir esas sensaciones con los fichajes de Ozil, Di María, Benzema y Ozil. Con ellos se frenó el monopolio del Barcelona al ganarle la Copa del Rey 2010-11 y la Liga 2011-12, sin olvidar la Supercopa 2012, en la que el conjunto madridista volvió a derrotar al gran Barça.
Esa filosofía la confirmó el dirigente madrileño con los ascensos de los filiales Morata y Nacho. Y ahora la ha hecho prioritaria con las adquisiciones de Illarramendi, Isco, Casemiro y Carvajal.
El resultado de esta política es que la plantilla blanca tiene un promedio de edad de 25,5 años. Una media que puede reducirse si el presidente consigue la joya de la corona, la contratación de Gareth Bale. Un jugador rompedor, rápido, con talento, regate y gol, que sería la guinda del pastel construido para la siguiente campaña.
La afición pide a Bale. El responsable de la entidad lo va a intentar. Tiene que negociar con el rico Daniel Levy, dueño del Tottentam. Es el reto externo de FP. El interno es Cristiano. Piensa en los dos. Y cuando el presidente tiene una caza en la cabeza, no cede. Se plantea las dos como últimos objetivos del verano. Los seguidores le animan a lograrlo. Le pican. Y esas peticiones le hacen picarse en busca del no va más.
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