Ancelotti ha cambiado el sistema de juego del Real Madrid y eso requiere tiempo, sí. El problema es que los grandes clubes tienen de todo, dinero, crédito, figuras, pelotas del presidente, pelotas de los jugadores, pelotas de los utilleros para que les regalen unas botas, pero lo que no tienen los grandes equipos es tiempo, salvo que lo quieran perder durante toda la temporada. El conjunto de Carlo pierde ya cinco puntos frente al Barcelona y frente al dueto Simeone-Diego Costa, y en Valencia estuvo a punto de quedarse a siete y de tirar definitivamente la Liga el 5 de octubre. Carletto, amigo, no hay tiempo. Hasta ahora, “madelman” Cristiano y la fe de Ramos y Morata han salvado los muebles del naufragio. No podrán hacerlo siempre. El Madrid tiene que empezar a jugar. Primero, a saber quienes han de jugar. Y el entrenador ha de tomar medidas. Algunas, drásticas.
Dicen quienes trabajaron con él que Ancelotti observa y luego decide. La primera decisión atañe al ataque. Ya sabe que Morata está mejor que Benzema y debe dar más partidos al canterano sin perjudicar al francés. No puede permitir que Karim se hunda. Tiene que hilar fino con esas dos costuras.
La segunda determinaciòn es exigir a Isco y especialmente a Modric que tomen el timón del barco cuando las cosas se pongan difíciles. Los dos han desaparecido, especialmente el malacitanto, cuando el rival aprieta, tapa bien y no se arredra. Sucedió frente al Atlético, el Villarreal, el Elche y el Levante. En Valencia tampoco “estuvieron” durante sesenta y ocho minutos, momento en el que Ancelotti quitó a Isco y sacó a Morata, que anotó el 2-2. los dos poseen clase y han de coger el mando y repartir el juego cuando el enemigo se cierra.
Lo que no puede ser es que Khedira se coloque como director y pierda tantos pases. No es un jefe de equipo para hacer esa labor. Los contrarios le dejan suelto para que el balón vaya a él. Y el Madrid pica porque no encuentra otrros recursos. Son Luka e Isco los hombres de pase certero y al hueco. Pues que den la cara en las malas, no solo en las buenas.
La tercera decisión afecta a todo el equipo. Dice Carlo con razón que su esquema defensivo no es distinto del que aplicaba Mourinho. Presión total, robo de balón y ataque rápido. El problema es que con el portugués lo hacían de maravilla y ahora no se presiona como antes. ¿Por qué? dice el italiano. Póngase duro, Carletto. Ese defecto defensivo es la clave de que a Diego López le fusilen en cada partido, porque no se frena el ataque del adversario. Y luego salen los tontos de matemáticas de párvulos a decir que a Diego le marcan en cada partido y a Casillas, no. La cuenta es al revés. ¿Cuántos goles para Diego en cada encuentro?
Si se evita el primer gol del contrario, el Madrid no tendrá que ir a remolque tantas veces. El conjunto blanco lo ha sufrido frente al Betis, el Villarreal, el Elche y el Levante. Luego, con el oponente encerrado, hay que hacer fútbol de precisión para marcar y entonces surge el siguiente problema: Isco ¿dónde estás? ¿Modric, dónde estás? A ver si aparecen ya.
Ancelotti, el público no te dará tiempo. Ya te silbaron en el Bernabéu. Actúa antes de que actúen contra ti. Cambia los jugadores que no cumplen con lo exigido, o te cambiarán a ti. La ley del fútbol es cruel, injusta ciega. Siempre mira al banquillo. Es defecto de ley, deformación profesional, porque los acusados siempre están en el banquillo.
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