Llega el partido de vuelta de semifinales de la Copa de Europa y el Bayern vuelve a demostrar su soberbia. Su delantero Muller ha roto el respeto que deben tener los equipos. El Bayern siempre ha sido supremacista y su jugador lo ha demostrado una vez más. Ha dicho: “Queremos deshacernos de una vez del toque de respeto que siempre mostramos en estos partidos”. Si ellos no respetan, no rinden. Tienen que ir como superiores mentalmente para poder ganar. Tienen un grave problema. Es su problema eterno. El problema viene de décadas. Del siglo pasado. De siglos.
No quieren respetar y no quieren escuchar más a Beckenbauer y otras viejas glorias alemanas que les acusan de maricomplejines. Eso les ha tocado en el corazón. A ellos, que se creen tan superiores mental y psicológicamente al resto del mundo.
Y es que los jugadores del Bayern de leyenda, aquel que ganó las Copas de Europa de 1974, 1975 y 1976, han hablado claro tras la enésima victoria consecutiva del Real Madrid en Múnich. El conjunto español goleó 0-4 a los alemanes en 2014, ganó 1-2 el año pasado y ha vuelto a vencer por 1-2 esta temporada. Beckenbauer, presidente de honor del club teutón, ha dicho que el Bayern siente complejo ante el Real. Y sus compañeros de la era legendaria han pedido a Lewandowski que no solo marques goles ante el escalerillas, refugio dialéctico de los modestos, sino que debe aparecer en los grandes partidos.
Al delantero polaco le han puesto como ejemplo a Cristiano, que a sus 33 años continúa siendo decisivo en el Real Madrid. El portugués, afirman los exjugadores tedescos, siempre está cuando el Real Madrid le necesita. es un ejemplo para los niños y para los futbolistas en activo.
El Bayern no vendrá con complejo el martes al Bernabéu. Lo que ha hecho Beckenbauer es provocar a los futbolistas actuales de Heynckes para que reaccionen en Madrid. La temporada pasada, el Bayern remontó la derrota por 1-2 en Baviera con una victoria por 1-2 en Chamartín que forzó la prórroga, en la que los blancos ganaron al final por 4-2 y un triplete de Ronaldo. Para la historia el golazo de Marcelo en las semifinales de 2017, que ahora ha rubricado con otro gran gol en las semifinales de 2018.
Zidane pide sumo respeto al rival, que es capaz de todo. No siente complejo. La diferencia respecto a los años setenta es que el Real Madrid ya no tiene complejo al Bayern, otrora ogro del club madrileño. Y Lewandowski debe aprender, en efecto, del liderazgo de Cristiano. Quizá sea una cuestión de nivel, simplemente. Ronaldo es un líder y un jugador estelar, que ha llevado a Portugal y al Real Madrid a conquistar grandes títulos. Un grande de la historia que además tiene la virtud casi inigualable que entrenarse y cuidarse al límite para estar en máxima forma.
Cristiano vive para el fútbol. No muchos jugadores pueden decir eso. lo dijo Zidane al dejar entrever hace dios meses que hay futbolistas que se lesionan porque no puede controlar su vida privada. Fiestas, DJ y más tonterías en la edad en que deben concentrarse en el fútbol. Cuantos jugadores han perdido su carrera por pensar en música y tonteos diversos. Cristiano solo vive para ser el número uno. Es condición principal para serlo. Es un ejemplo. Lewandowski y otros mil futbolistas deben mirarse en ese espejo.
Ronaldo no bebe. Tuvo un padre alcohólico y eso marca una vida. No bebe tampoco bebidas gaseosas. Solo agua. Come muy sano: verduras, pescado, fibra, ensaladas, arroz blanco, pollo, jamón de York. Que aprendan muchos.
La respuesta de Muller a esa lección que les dio Beckenbauer al destacar el liderazgo mental de Cristiano es faltar al respeto. Es su manera de ser.
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