Hoy, 21 de octubre, el día del aniversario de Gento, se cumplen 20 años de la primera visita de Figo al Camp Nou como madridista. El fichaje de Figo por el Real Madrid en el año 2000 fue el mayor golpe de la historia del club blanco sobre el Barcelona. La semilla que permitió el golazo era económica y de falta de consideración profesional en ese aspecto.
Gaspart no valoró bien económicamente al delantero luso. No le ofrecía la ficha que merecía. Era uno de los mejores jugadores del mundo. Y Florentino Pérez aprovechó esa grieta azulgrana para convertirla en un socavón, preludio de un hundimiento que duró varios años, hasta provocar la dimisión de Gaspart.
El candidato a la presidencia madridista competía con Lorenzo Sanz, que había conquistado la Champions en París ante el Valencia, y le ganó porque lo que decía se cumplía. Florentino Pérez aseguró que tenía fichado a Figo si era elegido presidente. Lo tenía bien asegurado. Era verdad.
Hoy, veinte años más tarde, continúa como presidente madridista, con el interludio de su adiós entre febrero de 2006 y junio de 2009. Florentino Pérez ganó aquellos primeros comicios y Figo vino al Real Madrid porque el dirigente ató bien su contratación. Veiga, apoderado del gran futbolista, rubricó un acuerdo privado con Florentino Pérez por el que, si era elegido, vendría al Real Madrid, pues el club blanco abonaría su cláusula de 62 millones de euros al cambio (existían todavía las pesetas). Si el número siete barcelonista decidía quedarse en el Barcelona, debería abonar 35 millones al cambio a la casa blanca. Así lo estipulaba el contrato personal. Bien atado, sí.
Hoy se cumplen esos 20 años de esa presencia del portugués vestido de blanco en el coliseo azulgrana. Los pitidos alcanzaron los 111 decibelios, el mismo ruido que produce un avión al despegar. Pero quien despegaba era Figo como futbolista del Real Madrid.
En julio del año 2000 fichó como jugador blanco porque Florentino Pérez abonó al Barcelona su cláusula de rescisión más el IVA, exigido por Gaspart. Tres meses después, el 21 de octubre, jugó en el Camp Nou vestido con los colores del máximo rival. El conjunto dirigido por Del Bosque perdió 2-0 y Figo no tuvo una buena actuación, anulado por Sergi Barjuán.
Dos años más tarde, el 23 de noviembre de 2022, el recibimiento fue aún peor. Figo se atrevió a botar los saques de esquina (Gaspart adujo que ea una provocación) y le tiraron mecheros, botes y una cabeza de cochinillo.
«Recuerdo que estaba patrocinado por Coca-Cola, vi una botella en el césped y la recogí, es como si estuviera haciendo publicidad», relataba Figo con humor al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en una conversación mantenida el 30 de octubre del año pasado.
La imagen del cochinillo dio la vuelta al mundo. Sin embargo, el bombardeo de objetos sobre el luso no influyó en el Real Madrid, que empató a cero. Le pesó más la presión soportada dos años antes en el estreno de Figo vestido de blanco en el Camp Nou. Perdió 2-0. El estadio del Barcelona, por cierto, fue sancionado con una clausura de dos partidos que nunca se cumplieron, gracias a la ayuda de Ángel Villar, presidente de la FEF.
Sergi Barjuán le marcó en aquella primera visita al Camp como madridista. Explica ante ABC lo que le sucedió a Figo con su acuerdo privado: «Luis es buena gente. Había firmado (en verdad fue su apoderado, Veiga) que vendría al Real Madrid si Florentino Pérez era elegido presidente, pero él estaba convencido de que lo firmado podía deshacerse tranquilamente. Cuando vio realmente lo que había hecho, no lo esperaba».
Alfonso Pérez, exjugador madridista, define bien el golpe de Florentino Pérez. Vivió como delantero barcelonista la primera visita del luso al Camp Nou: «El Barcelona me fichó a mí, que jugaba en el Betis, y Luis se marchó al Real Madrid y. Yo recibí su dorsal, el siete». Con la mirada fría de veinte años de distancia, el madrileño analiza la relevancia de aquella operación: «Aquel fichaje fue una buena gestión del nuevo presidente del Real Madrid. Contrató a uno de los mejores jugadores del mundo. Con Luis comenzó la época de los grandes fichajes, una política que el presidente continuó en el tiempo».
Así es. Figo fue el ariete que rompió puertas. Y generó una crisis en el Barcelona que acabó con el adiós de Gaspart.
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