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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

El día que Don Juan de Borbón se despidió de la Redacción de ABC y alabó la importancia del Real Madrid como embajador de España

Tomás González-Martín el
El cáncer corroía su garganta. Ese tabaco negro francés que tanto le gustaba, el Celtic, nos decía, le había destrozado. Don Juan de Borbón acudió a la Redacción de ABC. Y quiso saludar a todos. No podía hablar mucho, porque la enfermedad le impedía hacerlo con facilidad, pero dio la vuelta entera a la Redacción de nuestro periódico. Humildemente, comprendí su gran gesto, su enorme acto, su sincero deseo. Estaba llevando a cabo realmente su despedida ante ABC, porque le quedaban meses de vida. El Rey que no pudo reinar nos rendía homenaje a nosotros, los periodistas, por haber defendido siempre la Monarquía con nuestro trabajo en esta Casa de ABC.

Agradecí siempre que el Rey que no pudo reinar nos rindiera honores. Era un reconocimiento el trabajo de los periodistas de ABC. Así se lo conté a mi familia, a mi amigos, a otros compañeros que nos preguntaron al conocer la visita.

Don Juan se detenía y saludaba con la cabeza a cada sección del periódico. Los redactores nos levantábamos a su paso para responder a su reconocimiento. Don Juan nos preguntó de qué escribíamos especialmente. Le dijimos que nuestra misión principal era el fútbol y específicamente el Real Madrid. Y nos comentó: “No sigo el fútbol a diario, pero el Real Madrid fue un gran embajador de España, probablemente el mejor, en aquellos duros años cincuenta y sesenta”. Lo dijo todo sin decirlo. Con clase suprema. Sin quejarse de nada. Sin señalar que Franco utilizó aquellos triunfos del Real Madrid en su beneficio, después de prohibir a Santiago Bernabéu que viajara a París en 1954 para crear la Copa de Europa con el diario L’Equipe, que convocó al Barcelona primero y al Real Madrid después, tras la negativa del club azulgrana, para inventar el mejor torneo de la historia. Bernabéu le dijo a Franco que viajaba en tren a Paris y que si quería impedirlo que le detuviera en Hendaya. No lo hizo, para beneficio del fútbol europeo y del Real Madrid. Luego, Franco se aprovechó de todo sin reconocer su gran error. Don Juan conocia todos estos entresijos.

Unos meses después de visitar ABC, de despedirse, Don Juan falleció. Nunca lo olvidaré. Su respeto al periódico. Su deseo de rendir honores a los redactores, a los que trabajan codo con codo en el diario. Su sabiduría para decir las cosas sin herir. Su visión del Real Madrid como un ente muy superior al propio fútbol, ganador de cinco Copas de Europa que generaron la leyenda y alimentaron la ilusión de millones de emigrantes por toda Europa. Se cumplen veinticinco años del adiós de Don Juan. Lo recuerdo como si fuera hoy. Nos dio las gracias a todos por nuestra labor antes de morir. Gracias a usted, señor.

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