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La tragicomedia catalana: ya no hay globos y lazos amarillos en Champions, ¡qué pena!

La tragicomedia catalana: ya no hay globos y lazos amarillos en Champions, ¡qué pena!
-FOTODELDIA- Barcelona's player Luis Suárez (R) and Leo Messi (L) gesture during the LaLiga soccer match between FC Barcelona and SD Eibar, held at the Camp Nou, in Barcelona, Spain, on 21 May 2017. EFE/Toni Albir
Tomás González-Martín el

El Barcelona se independiza de Europa y empieza por la Champions y nos deja sin globos amarillos en el Camp Nou. Pep les sigue el paso y también se independiza de Europa, aunque el City se haya gastado dos mil quinientos millones en diez años. Pep ya no podrá lucir el lazo amarillo en Europa. Qué pena. No paro de llorar, pobre víctima. Le ha expulsado un árbitro español, de España, ese país bárbaro que no es democrático y que pega a los catalanes. Pobre víctima. Tengo mucha pena. Por el lazo. Y por los vendedores de globos.

El Barcelona, el barcelonismo y esa prensa adicta y comprada por el independentismo, con subvenciones millonarias, decía que la Roma era un bombón. Menuda gastrenteritis chocolateril. Siempre despreciando. ¡ Qué casualidad! También se nota esa soberbia en la política, cuando se creen superiores a los demás, cuando se creen superiores a los españoles, a esos gitanos del Sur. La Roma les puso en su sitio. Como les puso la Juventus en su momento. Como les goleó el PSG. Su problema, el problema del Barcelona, es que va de sobrado, porque en España ganan a equipos débiles y con ayudas arbitrales que son una tónica desde que Villar y Sánchez Arminio, que van juntos, se mantuvieron en el poder desde 2004 gracias al voto del fútbol catalán. El Barcelona desprecia a los demás, porque en Europa no está Sánch Arminio para pitar penaltis inventados al Éibar, al Leganés, al Valencia, al Alavés y tantos otros equipos víctimas de un arbitraje controlado por un señor, Sánchez Arminio, que les dijo a los colegiados en una concentración que el Real Madrid caía mal a ese estamento, el de los jueces. Y sigue en el poder.

El Barcelona es soberbio y cayó en Italia con otra goleada, como en Turín hace un año, con ese supuesto mejor jugador del mundo de todos los tiempos, Messi. La comparación es odiosa. Cristiano decide Champions ante los grandes, golea al Atlético, al Bayern, a la Juventus. Messi se pasea ante el Leganés, el Gerona y cuando llegan los grandes desaparece. ¿ El mejor futbolista de todos los tiempos? Ya no se lo creen ni los que lo dicen.

El Barcelona y Messi han hecho un ridículo espantoso en el Olímpico de Roma. Claro, fueron a caer en la casa del gran imperio romano, donde hay poso, sabiduría, experiencia. Donde saben muy bien que no hay superiores e inferiores, sino que hay que ganárselo todo cada día, trabajando, en este caso en el fútbol, en el campo. El Barcelona estuvo espantoso y pagó su soberbia muy cara. Para que aprendan a respetar a los demás. Que aprenda por ejemplo del Real Madrid, que habiendo ganado doce Copas de Europa podía ser soberbio y nunca lo ha sido. Porque sabe que la Champions se gana luchando al máximo hasta el final.

Cuando el Real Madrid pierde, nunca pierde por soberbia, ni por creerse ha sobrado, sino porque le superan de verdad. Por eso está ahí el Real Madrid. Por eso el Barcelona lleva tres años haciendo el máximo de los ridículos en Europa. ¿Que Messi es mejor que Cristiano? No se lo cree nadie. Porque Ronaldo rinde y gana Champions y Eurocopas con una selección de segundo nivel, porque además de rendir es un líder y manda. Messi no gana los grandes títulos y con una gran selección como la albiceleste nunca ganó nada, porque no sabe ni mandar. Y desaparece cuando los rivales muerden Todo lo contrario que Cristiano, que se crece ante la adversidad de los rivales más agresivos. Ahí está la diferencia entre los dos clubes y sus estandartes. Y es fundamental. Decisiva.

Un globo, dos globos, tres globos. La vida es un globo amarillo que se me voló. Qué pena. Lloro de tristeza. Con lo bonito que era el espectáculo, pero fuera del césped. En el césped, un ridículo espantoso, amarillento.

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