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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Dieciséis remates y un gol, hay que colocar bien la mirilla y tirar al blanco

Zidane trabajará con sus hombres el último pase y el disparo para mejorar el acierto; se crean muchas oportunidades y no se marca

Dieciséis remates y un gol, hay que colocar bien la mirilla y tirar al blanco
Real Madrid's Belgian forward Eden Hazard (R) runs with the ball past Galatasaray's Uruguayan goalkeeper Fernando Muslera during the UEFA Champions League group A football match between Galatasaray and Real Madrid on October 22, 2019 at the Ali Sami Yen Spor Kompleksi in Istanbul. (Photo by AFP)
Tomás González-Martín el

Estadio Ali Sami Yen, la casa siempre caldeada del Galatasaray. Minuto 18 del partido frente al Real Madrid. Hazard hace una pared con Benzema y en vez de disparar para marcar el gol dedice dar el pase a Kroos para que firme el tanto de la victoria. El belga pudo rubricar esa diana, apuntarse este triunfo, pero no se atrevió a perder la ocasión. Esa falta de riesgo de la estrella desveló un sentimiento general del equipo. Hay falta de confianza en el momento de la verdad, porque el conjunto blanco genera un promedio de 17 ocasiones de gol por partido en la Champions y solo lleva tres en tres encuentros. En la Liga, bien clasificado, sucede lo mismo. Dispara una media de catorce veces cada noventa minutos y suma 16 goles en nueve jornadas. Consigue 1,78 tantos por partido. Muy poco para la tradición anotadora del club, que suele acercarse a los 2,60 por partido.

La «resonancia magnética» del Real Madrid detecta que le falta un gol de promedio por encuentro, tanto en Liga como en Copa de Europa. Zidane trabajará con sus hombres el último pase y el disparo para mejorar el acierto; se crean muchas oportunidades y no se marca.

En Estambul venció 0-1, pero pudo hacerlo por goleada y esa mínima ventaja le hizo vivir en el alero hasta el final, al borde del precipicio de un rebote o de un error en un despeje. El cuadro de Zidane disparó nada menos que 27 veces en 90 minutos, 14 de ellas a portería y solo consiguió un gol. Zinedine y su cuerpo técnico analizan con la plantilla las razones de esta carencia de acierto y encuentran cuatro argumentos: la tensión de los resultados, la obsesión por marcar, la ansiedad que genera la imprecisión en el momento final y la falta de tranquilidad en la jugada del último pase. El Real Madrid debe aprovechar esta victoria y este parón liguero para unir fuerzas, confirmar su confianza y despegar definitivamente en las dos competiciones. 

Las tres primeras causas de los goles errados, la tensión, la obsesión por marcar y la ansiedad al rematar, van entrelazadas. Los fallos continuos en el remate han provocado que el Real Madrid no haya disfrutado de partidos tranquilos a lo largo del curso. Solo el 1-3 en Vigo y el 2-0 ante Osasuna le permitieron respirar. Incluso el 4-2 frente al Granada fue sufrido, pues los visitantes se colocaron con un 3-2 peligroso para los blancos. El resto de los marcadores de la temporada han sido apretados, con duras derrotas ante el PSG y el Mallorca. Los futbolistas de Zizoue han sentido la obsesión del gol al comprobar en el campo que erraban muchas ocasiones y los partidos se complicaban sobremanera, con empates frente al Valladolid, el Villarreal y el Brujas que acrecentaron esa preocupación por la ausencia del remate certero.

La ansiedad ha sido evidente durante estos tres meses de competición. La Copa de Europa es el espejo de esa sensación. Benzema, el delantero centro titular, acumula seis tantos en el campeonato español y no ha marcado en Liga de Campeones, torneo que únicamente contabiliza tres goles madridistas de Kroos, Casemiro y Ramos, dos centrocampistas y un central. Ningún delantero ha acertado en la copa fetiche de la empresa creada en 1902. Es todo un síntoma. Benzema, máximo artillero, el mejor jugador del equipo hasta hoy, suma cuatro postes en esta campaña. Es otro dato de esa carencia de precisión.

Esta inercia se nota especialmente en Hazard. Es el segundo rematador del Real Madrid en Champions, con siete disparos, y no ha marcado en ella.

El cuerpo técnico estudia aspectos técnicos para solucionar el problema y ha detectado que una causa importante de tantas ocasiones falladas es la lentitud e imprecisión en el último centro. Hay un último capítulo para el análisis inerno en Valdebebas: la presión desde arriba desgasta al equipo, los delanteros se cansan demasiado y fallan a la hora de la verdad.

Los números no son opinables. Tras Benzema, seis tantos, los máximos goleadores son Bale, Kroos y Casemiro, con dos. Hazard, Modric, Lucas y Vinicius suman uno. Jovic, ninguno.

Todo esto debe cambiar desde ahora. Tras vencer en el infierno de Estambul, el Real Madrid tiene tres partidos en el Bernabéu, ante el Leganés, el Betis y el propio Galatasaray , para consolidar su buena marcha en la Liga y en la Champions. Los jugadores han aprendido en Mallorca una lección: hay que luchar siempre en todos los partidos si se quieren ganar títulos. Ya no se gana con enseñar el escudo sin bajar del autobús. Eso se acabó hace tiempo. Zidane no para de decirlo.

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