El enfrentamiento cainita entre la prensa barcelonista y la prensa de Madrid es muy ventajista a favor de Messi u ha sido muy perjudicial para Ronaldo. En Barcelona o eres del Barcelona o no escribes del Barcelona en un medio de la ciudad Condal, sea prensa, radio o televisión. Escuchar la narración del partido por las cadenas oficiales catalanas y escuchar también cómo dan un golpe sobre la mesa porque marca Cristiano el 3-0 es un síntoma de la subjetividad enfermiza de quienes han hecho bandera política y separatista de un club de fútbol. El delantero portugués soporta una doble crítica: la del barcelonismo mediático y la de la prensa de Madrid que juega a ser equidistante. Y en el calentamiento de la comparación, con parcialismos irracionales, se llegan a decir tonterías cómo que Cristiano no rinde en los partidos importantes, que no decide y que no es un grande como Leo. En este, como en otros capítulos, las televisiones y las radios, que buscan las tertulias como espectáculo, generan unas acusaciones injustas y graves.
Si Cristiano continuara en la Premier o militara en el Scudetto o la Bundesliga, por no decir la Liga francesa, sería mucho más respetado. Esa es su queja. Es el máximo goleador de la historia del Real Madrid, es el artillero de la Champions, con 93 tantos, y escucha periódicamente que no es un gran jugador, que marca goles ante los modestos. Ahora, desde Barcelona, se ironiza con sus tres goles ante un flojo Wolfsburgo.
Como siempre, las aficiones son francas, porque son tan partidistas que sus miedos surgen con naturalidad. Escuchar en el Camp Nou los gritos de miedo y el rumor de peligro cuando Ronaldo se escapaba por el césped el día 2 de abril definía perfectamente el nivel del luso. Lo mismo sucedió en el 1-2 que decidió la Liga 2011-12 en el Camp Nou, con su gol del silencio ante Víctor Valdés. Sea Balón de Oro o sea segundo clasificado del Balón de Oro, su alcurnia es indiscutible. ¿Cuántos futbolistas españoles han estado en la terna del Balón de Oro, Plata o Bronce? Lo han ganado solamente un ídolo como Di Stéfano y un talento como Luis Suárez. Con decir que un jugadorazo como Amancio fue tercero en una ocasión, es suficiente.
Cristiano es uno de los mejores futbolistas de la historia, como lo fueron Di Stefano, Pelé, Maradona, Cruyff, Zidane, Puskas y lo es Messi. Las acusaciones partidistas de tertuliano de poca monta que ridiculizan al jugador de turno para ser graciosos con los seguidores del otro equipo y provocar incendios en las redes sociales están muy vistos y no aportan nada, solo show. Son una mentira que viven de las televisiones y de las radios para desprestigiarlas. Y a las pruebas nos remitimos. Ven esos programas como tertulia de bar, para reírse, no para ser informados. Profesionales como Cristiano están muy molestos con esos medios que les utilizan para generar audiencia a costa de faltarles al respeto, profesional e incluso a veces personal. Les guste o no les guste, Ronaldo es un grande el fútbol. Y a sus 31 años tiene cuerda para rato, aunque muchos hayan dicho que está acabado. Esos que lo han manifestado durante un año estaban dando golpes sobre la mesa, algunos con micrófono delante, cuando el portugués marcó el 3-0 de falta. Ahora dicen que la tiró mal. Cabalgamos, que diría Sancho.
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