No es fácil la travesía en el desierto de Vinicius después de una temporada, la pasada, de brotes verdes. El brasileño, 19 años, ha madurado a fuerza de decepciones, suplencias, descartes. En año y medio ha vivido lo que muchos futbolistas no conocen en toda su carrera. Saltó de la titularidad contagiosa en la grada a la suplencia forzada por la llegada de Hazard. Sufrió la pérdida de confianza de un chaval que necesita el apoyo del entrenador para sacar su potencia, su velocidad y su regate. El ostracismo le ha hecho meditar y reaccionar.
Fue uno de los hombres que pagó los platos rotos de la derrota en Mallorca. Desde entonces, hace cincuenta días, no había sido titular. Ayer recuperó un sitio en el once y volvió a ser el de antes. El mejor del partido junto al portento de Valverde. «Vinicius lo ha hecho muy bien», manifestaba Zidane ante la pregunta de ABC.
(Zidane: «A Vinicius no le pido gol; lo más importante no es eso, quizá para él sí, sino su trabajo con y sin balón»)
El brasileño desbordó por su banda y generó ocho jugadas de gol en el área enemiga. Realizó dos disparos que iban a puerta y que Diego López despejó. Precisó los tiros mucho mejor que antaño, aunque no entraron. Lo ha trabajado. Ejecutó dos centros perfectos para marcar que no acabaron en acierto porque el portero españolista rechazó un trallazo de Valverde y porque Benzema, que luego marcó su undécimo tanto en Liga, disparó fuera en una posición ideal. Los otros pases fueron despejados.
Se le achaca que no tiene gol. Zidane le defendió: «Lo más importante no es el gol, a lo mejor para él sí, pero lo fundamental para mí es su trabajo. El dibujo estaba previsto para jugar con tres arriba, meter mucha velocidad con los dos brasileños y lo hicieron muy bien. No pido gol a Vinicius, el gol es consecuencia de lo que el equipo hace en el campo. Puede marcar uno u otro. No pido nada de eso, es lo más difícil. Lo que escribo en la pizarra es realizar una labor cuando no tenemos el balón y otra cuando lo tenemos y lo hemos hecho bien».
Lo mejor para el técnico es «el bendito problema», que decía Molowny, de contar con exceso de hombres que optan a ser titulares: Vinicius, Isco, Modric. ,«Estamos muy bien y hay que valorar de donde veníamos». Se refiere a la crisis sufrida hace cincuenta días, con un equipo fuera de forma y su cargo colocado en la diana. Persistió en su idea, potenció los entrenamientos físicos y dio un vuelco a la situación
Zidane escribe historia en activo. Ayer igualó a Molowny en partidos dirigidos al Real Madrid en Liga, 122. Es el cuarto preparador en esa clasificación. Su reto es superar los 139 de Beenhakker y los 153 de Vicente del Bosque. El récord lo ostenta Muñoz, con 424 encuentros.
A su vez igualó a Beenhakker en victorias como técnico del Real Madrid, 121. Sus siguientes objetivos son adelantar a Mourinho (128) y a Del Bosque (133). Muñoz, 357, también posee esa plusmarca.