Ha recibido palos mediáticos y no mediáticos desde todos los foros. El odio que germina es la razón de su liderazgo. La envidia que suscita es el argumento de su calidad mundial. Cae mal porque no es humildemente falso como tantos profesionales que agachan la cabeza como si no supieran de nada para dar una pose incierta ante el pueblo. Cristiano no es hipócrita. Sabe que posee una clase suprema y sabe que la demostrará tarde o temprano en el césped.
Al portugués le criticaron desde todos los sitios porque no marcaba goles en la Liga en los meses de octubre, noviembre y diciembre. En la Champions no descendía su ritmo de aciertos. Se le acusaba de no centrarse en el campeonato nacional y solo dedicarse a la Copa de Europa.
Durante estos diez años que ha vivido en el Real Madrid ha demostrado que a partir de enero es cuando comienza a rendir físicamente la máximo para disputar seis meses de órdago. Así ha ganado tres Copas de Europa en 2014, 2016 y 2017. Así ganó las Ligas de 2012 y 2017. Así ganó la Copa de 2011. Por eso era muy cainita criticarle porque no marcara su número habitual de goles en el otoño.
Antonio Pintus le cogió por banda desde el 2 de enero y el resultado es evidente. Cristiano es el máximo goleador de 2018. Lleva 16 dianas en la Liga y 11 en la Liga de Campeones. Decidió ante el PSG y ha sido clave en la reacción del conjunto blanco. No estuvo en Cornellá y el Madrid falló ante el Español, para enfado enorme de Zidane, un enojo que aún mantiene y que ha servido para aleccionar a la plantilla ante la final europea del martes ante el PSG. Esto (la derrota ante los blanquiazules) no habría pasado con Cristiano, se decía en Valdebebas el viernes, antes de enfrentarse al Getafe. El portugués regresó al once frente al cuadro de Bordalás y todo volvió a la normalidad, porque el Balón de Oro rinde al máximo y exige que los demás se pongan a su nivel. Hay que advertir que en el RCDE Stadium jugaron siete suplentes y eso también lo acusó el Real Madrid. Pero lo fundamental es que el liderazgo moral de Cristiano es indiscutible para levantar a sus compañeros. Cuando él juega no hay falta de actitud.
Cristiano ha dirigido al Real Madrid en sus aspiraciones europeas, puestas en duda hace dos meses cuando se celebró el sorteo, y el martes debe liderar al campeón de Europa para superar el infierno de París, calentado por los radicales locales, en comandita con los jugadores del PSG, sin que la UEFA haya abierto la boca. El máximo organismo del fútbol continental debería advertir a los clubes que serán cómplices de cualquier suceso que se produzca cuando sus futbolistas se alían con los ultras para caldear el ambiente y decir que los madrileños se van a enterar de lo que es París. Se incita a la violencia con profesionales del club y la UEFA debe tomar cartas en el asunto.
Cristiano ha tomado cartas credenciales en el Real Madrid. Es el mejor futbolista del plantel por calidad, sacrificio, dedicación y actitud. El ejemplo, con 33 años, para los jóvenes de la plantilla madridista. Y para todos los jugadores jóvenes de cualquier equipo.
Los enemigos ancestrales de Cristiano, que suelen ser antimadridistas irredentos y enfermizos crónicos, decían que había que venderle ya. Lo pregonaban porque era lo mejor para sus queridos clubes, el Barcelona, el Atlético y el Antimadridista Fútbol Club, que tiene muchos seguidores. Pedían que fuera vendido para no tener que soportarlo una vez más en el Real Madrid. Porque sabían que a partir de enero volvería a ser el de siempre. Insoportable para los rivales. Cristiano dice: me critican, cabalgamos Sancho.
Otros temas
