Se esperaba. Los incrédulos afirman que había bolas calientes preparadas por Infantino para que los dos cubes madrileños no repitieran la final por tercera vez y se midieran en semifinales. Las bolas calientes del morbo eran las del Real Madrid y las del Atlético. Y se calentaron juntas para enfrentarse en semifinales. Será una final anticipada.
Zidane frente a Simeone por tercera vez. El francés ya era ayudante de Ancelotti en la Décima. Godín contra Ramos otra vez, dos líderes de postín. Y Cristiano, el pasado y el presente, cuatro Balones de Oro en su Museo de Madeira, candidato al quinto, contra Griezmann, aspirante a sucederle como Balón de Oro dentro de un tiempo. Dos grandes delanteros frente a frente. Dos estilos muy distintos y un mismo liderazgo en cada esquema.
La semifinal marcará el devenir de la temporada. El Atlético necesita superar el complejo del Real Madrid, alimentado con dos finales perdidas. El Madrid siempre ha respetado mucho al conjunto rojiblanco. Ha sido la única manera de poder vencerle en Lisboa y en Milán.
Madrid vuelve a ser la capital del fútbol mundial. Dos finales previas, en el Bernabéu y en el Calderón. Un equipo de la capital de España, y de España, de nuevo en la final de la Champions. El fútbol español es el rey de Europa desde hace una década. El Real Madrid puede sumar la Docena. El Atlético puede ganar la primera. La pelota estará caliente en los dos estadios.
Tiro al blanco
por
Tomás González-Martín
Cristiano-Griezmann, final anticipada
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