Es tozudo, sacrificado, constante, humilde, ambicioso y luchador. Juanma López elige pocos futbolistas para representar, pero los selecciona bien. Zidane retó a Morata a comenzar la pretemporada el 20 de julio, seis días antes del final de sus vacaciones, cuando Cristiano le informó que su recuperación era lenta pero segura. Fue Pintus, el nuevo preparador físico, el primero que dijo que el portugués debía superar su lesión con una buena preparación, sin forzar los tiempos. Ronaldo exigía un mínimo de tres semanas de proceso, con cámaras hiperbáricas para oxigenar los ligamentos afectados de su rodilla, y los dos técnicos analizaron que el luso no estaría disponible para disputar la final de la Supercopa de Europa el 9 de agosto frente al Sevilla, en Trondheim. Zinedine telefoneó a Álvaro. Tienes que venir, porque serás titular en la final.
Jugador del Real Madrid con Mourinho, triunfador con la Juventus durante dos años, Morata se prepara para atacar la situación soñada desde que llegó a la casa blanca hace ocho años: ser el delantero centro titular del Real Madrid. Lo que parecía un imposible para un canterano, solo cumplido por Grosso, Butragueño y Raúl a lo largo de medio siglo, lo hará realidad Morata en el siglo de los traspasos universales. Un canterano será el delantero centro titular del club de los fichajes estratosféricos.
El madrileño se examina de nueve en la Supercopa de Europa. Pidió al Real Madrid ser recuperado este verano para demostrar su valía y la oportunidad le llega de golpe. Será el sustituto de Cristiano. Morata afirma que viene para luchar por el puesto. Será un rival constante para Benzema. Y ahora jugará al lado del francés para cubrir la máxima misión, relevar al astro portugués. Es un reto esperado por el chaval. Ha llegado. Es su hora.
Zidane le ha dicho a Álvaro que a lo largo de la temporada será un punta polivalente. Ejercerá de delantero centro cuando releve a Karim. Jugará de extremo por ambas bandas como sustituto de Bale, dada su facilidad para penetrar por todos los flancos. Y su velocidad le convertirá en el arma blanca a la hora de aplicar el contragolpe. Porque con Álvaro habrá contraataque. Morata, es tu hora de la verdad. Te la juegas. Y lo sabes.
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