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Ante la tumba de Francisco Pizarro en Lima

Ante la tumba de Francisco Pizarro en Lima
Esteban Villarejo el

Mi viaje por Perú terminó en su origen: don Francisco Pizarro, «esa figura compleja para los peruanos». De Trujillo (Cáceres) a la Catedral de Lima donde en su primera y principal capilla se halla la tumba del conquistador español.

Primero Panamá y el descubrimiento del Pacífico junto a Núñez de Balboa (gracias a la Ruta Quetzal BBVA 2013), ahora Cajamarca, Cusco, Sacsayhuamán, Ollantaytambo,… algunos de los lugares recorridos tras el rastro de este conquistador (o sus hombres) que, como explica el guía de la catedral limeña, resulta «complejo» para los peruanos.

Complejo por lo que tiene de «conquistador» -políticamente incorrecto en el mundo de hoy, para nuestra desgracia- y complejo porque al fin y al cabo si hoy Perú es Perú y  Lima es Lima es por aquellos decisivos días de noviembre de 1532 en los que un grupo de algo más de 180 soldados españoles se adentraron en tierras del entonces Tahuantinsuyo, el imperio del Inca que se hallaba inmerso entre una guerra fratricida entre Atahualpa y Huáscar.

 

Ruinas de Sacsayhuamán, cercanas a Cusco, donde tuvo una batalla clave para la conquista del Tahuantinsuyo por parte de los españoles / E. V.

 

No es propósito ahora relatar aquellos acontecimientos, a los que por cierto se aproxima de modo original y con un prisma político el expresidente peruano Alán García en su último libro «Pizarro: el rey de la baraja», que recomiendo. Con caballos y pólvora no bastó, sobre todo los dotes políticos y la astucia de mando influyeron en la conquista del Perú por parte de Pizarro, sostiene el expresidente peruano.

Antes de regresar a la capilla donde se encuentra la tumba de Francisco Pizarro visitamos su estatua ecuestre en Lima, similar a la emplazada en la plaza Mayor de la bella localidad extremeña, ambas donadas por el escultor estadounidense Charles Cary Rumsey. Hasta 2003 esta estatua se encontraba en la plaza principal de Lima (plaza llamada antes Pizarro), hoy se encuentra en una esquina de un parque adyacente al centro histórico… para que sea advertidad de casualidad.

 

Estatua ecuestre de Pizarro en Lima, similar a la situada en Trujillo (Cáceres) / E. V.

 

«Decisión política» del exalcalde Luis Castañeda Lossio, nos explican. He aquí de nuevo el principio de «complejidad» eje de la relación Pizarro-Perú, como la misma complejidad que sume a la capital limeña su aturullado tráfico.

Catedral Metropolitana de Lima. Cripta de Francisco Pizarro. En el gigantesco y colorido mosaico frontal se observa la escena que marcó la hazaña de la conquista del Perú. Cuando en la isla del Gallo (actual Pacífico colombiano), exhausta la expedición española tras todo tipo de calamidades e inclemencias en su rumbo hacia el sur desde Panamá, el descontento cundió entre el centenar de hombres.

Ante ello, Pizarro cogió su espada y marcó una raya en la arena: «Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere». Trece -conocidos luego como «Los Trece de la Fama» cruzaron la línea junto a Pizarro- marcando el rumbo de una conquista definitiva del Perú.

 

Mosaico en la cripta de Pizarro donde se da cuenta del hecho de la isla del Gallo /E. V.

 

En la cripta se informa de los trabajos del «Proyecto académico de investigación bioarqueológico e historiográfico Francisco Pizarro» por el cual se concluye cómo murió el conquistador trujillano a manos de los leales de Diego de Almagro que acudieron a su palacio limeño el 26 de junio de 1541. Almagro fue socio en su conquista del Perú y asesinado previamente por su hermano Hernando en una de esas guerras civiles españolas que marcaron la postconquista de América.

En lenguaje científico: «El esqueleto presenta lesiones cortantes-penetrantes y cortantes-contundentes en la cabeza, garganta y cuello, tórax, vientre, brazo derecho y mano izquierda. Estas lesiones fueron causadas por arma blanca momentos antes de la muerte del individuo. La mayoría de las lesiones se encuentran de lado lateral derecho del esqueleto, lo que supone que dicha parte del cuerpo estuvo más expuesta durante el ataque».

 

Tumba de Francisco Pizarro / E. V.

 

En lenguaje literario: «…y dieron al Marquéz tantas lanzadas y puñaladas y estocadas de que murió… sin acabar de atar las correas de las coracinas, con una espada y una adarga, y que todos cargaron sobre él con tanta furia… y así le acabaron de matar con una estocada que le dieron en la garganta… » (Crónicas recogidas en el «Informe Ludeña», 1984). «Pizarro murió producto de muchas heridas con artefactos cortantes en diferentes regiones del cuerpo como se evidencia en el esqueleto».

Es mediodía… y el sol penetra la garúa (la nube constante sobre el cielo de Lima) y la vidriera sobre el féretro de Francisco Pizarro. Un león de bronce como guardián de su féretro. De su Historia. Ahí yace la complejidad peruana, un gran trozo de Historia Militar de España.

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