«Le Drian, el africano». De este modo fue presentado el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian (Lorient, 1947), en el I Foro Internacional sobre Paz y Seguridad en África, que se ha celebrado esta semana en Dakar (Senegal).
Hace dos años, Francia acudió de modo unilateral a la llamada de socorro del Gobierno de Malí para frenar el avance tuareg y yihadista hacia su capital, Bamako. Hoy, Francia ha extendido su lucha contra el yihadismo a otros cuatro países de la franja del Sahel -Mauritania, Burkina-Faso, Níger y Chad- en la denominada operación Barján, donde despliega 3.000 militares, 20 helicópteros, 200 vehículos blindados, seis aviones de combate o cuatro «drones» de vigilancia.
Junto con otros cinco medios de comunicación, el ministro francés de Defensa atiende a ABC en un desayuno-entrevista. Estamos en la terraza del hotel King Fahd de Dakar, a orillas del océano Atlántico. Le Drian, casado en segundas nupcias con una hija de un inmigrante español, insiste en que «Francia no quiere ser el gendarme de África, cuyos países tienen que tomar el control de su propia seguridad, desde el terrorismo islámico a crisis sanitarias como las del ébola».
-¿Ve necesaria una intervención militar en Libia?
-No se está a ese nivel de decisión. Desde que se lanzó la operación Barkhane (Barján, en español) este verano se ha constatado que muchos grupos terroristas de la zona sahelo-sahariana se alimentan de la inestabilidad en Libia. Muchos grupos terroristas del Sahel encuentran en el sur de este país una especie de centro de operaciones para la formación de recursos humanos y de suministro. Mi responsabilidad es alertar sobre el efecto de Libia en la región y alertar a la comunidad internacional del riesgo que representa. Pero actuar no quiere decir atacar. La respuesta a seguir pasa por una validación de una autoridad política lo más inclusiva posible. Solo cuando haya una autoridad política reconocida se podrá resolver la cuestión del sur.
-¿Qué papel juegan los países vecinos para resolver la cuestión libia?
-La solución debe incluir a los países de la región que pueden participar en el dinamismo político necesario: Egipto, Chad, Níger, Túnez e Argelia. Lo que es seguro es que los actores que intervinieron militarmente en 2011 sobreestimaron la capacidad de la sociedad libia de asumir sin dificultad la transición política necesaria. Se ha constatado dada la situación de caos.
-¿Cómo se hará frente a Boko Haram que amenaza con extenderse desde Nigeria, un país de 180 millones de habitantes, a otros países vecinos?
-La clave es que los propios países africanos tomen de modo colectivo la responsabilidad de su seguridad. Sin embargo, no está sucediendo así donde hay esta urgencia, como es el caso de Nigeria. Todos los países desconfían de todos. Tenemos que superar eso. Por ello Francia ofrece a los cuatro países implicados -Nigeria, Camerún, Níger y Chad- ayuda organizativa, estructural, de mando e interoperativa. Francia proporcionaría una docena de militares con base en Yamena, capital de Chad, para formar ese comando central para coordinar las acciones contra Boko Haram.
-Un general español ha asumido el mando de la misión de la UE de entrenamiento del Ejército de Malí, relevando a un general francés. ¿Cuáles deben ser sus objetivos?
-España y Francia tienen una misma posición respecto a África. En este punto hemos visto extremadamente útil la presidencia española de la «Iniciativa 5+5 Defensa» del Mediterráneo. España está ahora al mando de una misión de la UE que es la obra de 28 países que consideraron necesario respaldar a nuestros compañeros malienses con el fin de que se ocupen plenamente de la seguridad de su país. El pasado octubre visité la misión EUTM Malí con mi homólogo español y amigo Pedro Morenés. Desde el lanzamiento de EUTM Malí, cinco batallones malienses se han formado, el progreso ha sido inmenso. Esa es la línea a seguir por España tras el pasado mando de la brigada franco-alemana.
-Pero ciertas voces en su país claman por la ausencia de compromiso de la UE en los conflictos africanos…
-La UE esta comprometida de manera determinada en la labor de reconstrucción de las fuerzas armadas de países como Malí o en la estabilidad de la República Centroafricana, eso es una realidad. Está presente en otros países africanos. La seguridad de la UE depende también de la estabilidad del continente africano. Sin embargo, en Francia algunas voces demandan que el gasto militar de las misiones francesas quede excluido de las limitaciones del 3 por ciento en el déficit. Es seguro que nuestras operaciones militares en Malí y en República Centroafricana han contribuido a la seguridad de Europa. Que esto fuera reconocido por los europeos sería algo positivo.
-Francia también combate con bombardeos al Estado Islámico en Irak. ¿Se prepara para una larga guerra?
-La operación francesa Chammal se inscribe en una estrategia global de lucha contra los grupos armados terroristas que amenazan a Francia y al flanco sur de Europa desde el Sahel hasta Oriente Próximo. En esta última zona nuestra estrategia consiste en apoyar a Irak en su lucha contra esta amenaza terrorista en el seno de una coalición internacional, pero igualmente a Jordania o Líbano, países directamente amenazados. Hay que prepararse para un combate de larga duración, ya que los terroristas del autoproclamado Estado Islámico están instalados en estos territorios.
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