A mí me sonó a ultimátum: «¿Cómo? Ustedes dirán. ¿Cuándo? Cuanto antes». El orador era el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el auditorio objetivo del mensaje estaba conformado principalmente por representantes de la Industria de Defensa, con el presidente de la patronal Tedae, el exministro de Defensa Julián García Vargas, en el estrado. También el ministro de Industria, José Manuel Soria. Se clausuraba así unas jornadas con el sugerente título de «La industria española de Defensa. Estrategia de futuro», que tuvieron lugar en la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra.
El «cómo» y «cuándo» del ministro Morenés hacía alusión a la necesidad de emprender una reestructuración en la industria de Defensa española de cara a competir con esos «enormes monstruos financieros» que ya existen en el mercado europeo como competidores (EADS, BAE Systems y Thales) o en Estados Unidos (Lockheed Martin y Boeing, principalmente).
El mensaje no es nuevo. Sin ir más lejos, con motivo del 12 de Octubre abordó en una entrevista con ABC la necesidad de que las múltiples empresas de Defensa tomen de una vez la iniciativa y acometan algún tipo de integración, fusión, absorción o como se quiera llamar (aquí está el “ustedes dirán”). Leer para ello «Navantia, Indra y Caspar Weinberger».
Pero a la vista está que queda mucho trabajo por hacer. Morenés quiere que el próximo Consejo Europeo, monográfico en Defensa (se celebrará el 19 y 20 de diciembre en Bruselas) sirva de punto de partida para iniciar un proceso de reestructuración del sector que tendría como núcleo duro algún tipo de acuerdo entre Navantia (100% de la SEPI) y la tecnológica Indra (20,1% de la SEPI) que arrastraría a otras empresas de Defensa públicas (Isdefe) o de capital privado.
Todo este proceso coincide en unos «momentos endémicos de necesidades presupuestarias», dijo Morenés, en los que el Ministerio de Defensa cuenta con la «industria de Defensa» como una de sus patas, «pero no la más importante».
El mensaje es claro: ya no se puede vivir del mercado nacional (adquisiciones de las Fuerzas Armadas españolas), así que… industria de Defensa española, hágase más fuertes y especializada para competir en el exterior contra los «enormes monstruos financieros». ¿Es posible un Thales español? ¿Un BAE a la española?
«TENEMOS QUE ACOMETER CAMBIOS»
En el documento «La industria española de Defensa. Estrategia de futuro», el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, recoge en su preámbulo la necesidad de «acometer cambios» en el sector de la Defensa: «Es evidente que España necesita una base tecnológica e industrial de la Defensa más capaz y competitiva. Para llegar ahí, tenemos que acometer cambios orientados a maximizar nuestras fortalezas y compensar nuestras debilidades». De nuevo se subraya el mensaje.
Además, en el documento entregado a la prensa y editado tras la celebración de las jornadas, en su apartado tercero «Competitividad de la industria de Defensa», se concluye: «Algunas empresas españolas de Defensa han desarrollado competencias y capacidades industriales muy competitivas internacionalmente. Sin embargo, el sector de la defensa, además de sufrir problemas comunes con el resto del tejido industrial español, presenta un excesivo fraccionamiento y, en ocasiones, dependencia de la tecnología extranjera».
Y continúa el texto: «En este sentido, es prioritario focalizar el esfuerzo en las áreas tecnológicas en las que la industria española pueda desempeñar un papel de liderazgo e iniciar un proceso de consolidación industrial basado en esquemas de integración o alianzas tanto entre empresas nacionales, como con empresas internacionales. Estos procesos de consolidación deben responder a criterios basados en la lógica del negocio y respetar la estrategia institucional al efecto».
PD-En las próximas entradas de este blog continuaremos, entre otros temas, abordando el futuro de la industria española de Defensa de cara al importante Consejo Europeo del 19 y 20 de diciembre.
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