Hasta ahora me gustaba colgarme los corales del cuello o de las orejas, y en su defecto, ponerlos de decoración en mi librería. De la única forma que no me convencían eran en forma de anillos en los dedos.
Y ahora resulta que tengo que desdecirme porque me los pongo especialmente en las manos.
Si es que nunca se puede decir de esta agua no beberé… Menos aun si ese agua es el que alberga la primera granja de corales de España, Reef Water Coral Farm.
Mi cambio de parecer es “culpa” de Vanesa Rodríguez Neira, una joven de Pontevedra amante de la naturaleza, que creó en el año 2007 el primer acuario marino de arrecife, y en 2013 este centro de cría y cultivo de corales duros importados, para profesionales y particulares interesados en la acuariofilia marina.
Estos animales (sí, aunque en su apariencia se asemejen más a una planta, actúan y se comportan como los animales) en su crecimiento y expansión van fabricando un exoesqueleto con los minerales que hay disueltos en el agua, siendo capaces de concentrar hasta más de 74 minerales y oligoelementos que se comen de manera orgánica para producir, por así decirlo, su base y seguir creciendo. Ese esqueleto calcáreo es de lo más parecido a la composición del hueso humano, y lo que es más importantes, en casi idénticas proporciones.
Pero estos animales son muy delicados (su ecosistema es el más complejo y delicado de todos los que existen en nuestro planeta). En Reef Water obtienen el coral con un gran trabajo de delicadeza y cuidado, quitándole las partes que le impiden crecer sano, cortando las zonas muertas que no reciben luz y que acaban dañándolo, incluso protegiéndole de otros corales ya que a veces luchan entre si para ganarse su espacio. Pero a veces, se parten. Son tan frágiles que puede ocurrir que un pez, limpiando el coral, lo rompa de manera accidental, o que se fracture en la granja al manipularlos. Y esas partes desechables (y solo esas) son las que Vanesa decidió utilizan para luego añadir (tras un proceso de secado y tratamiento mecánico) a sus productos dermatológicos.
¿Qué aporta el coral a nuestra piel? Estos ejemplares desafían las leyes del tiempo y se conservan imperturbables ante las agresiones externas durante millones de años. Y esa capacidad en su propia lucha anti-edad es la que proporcionan a la piel, protegiéndola de las agresiones externas y manteniendo su firmeza y elasticidad. También, como he dicho antes, concentran muchísimos minerales (especialmente magnesio, zinc, manganeso, calcio, cobre y cobalto) y oligoelementos, que actúan en la formación de fibras de colágeno y de elastina y le dan energía a las células.
De momento sólo han lanzado dos productos:
–REEF CORAL SOAP, el producto estrella y el origen de todo, es un jabón formulado con polvo de coral (es palpable en las pastilla y es el responsable de su ligero beneficio exfoliante), y aceite de oliva y coco. Es 100% natural y ecológico, apto para todo tipo de pieles, y desde la firma aseguran que está especialmente indicado para tratar afecciones cutáneas como la dermatitis o la psoriasis, pero también están comprobando que suaviza las manchas y las arrugas. Se utiliza frotándolo directamente sobre la piel (cara y cuerpo), para aprovechar el efecto “peeling” y el tratante, y reducir los picores y la descamación. 40€ (80 gr.)
–REEF CORAL HAND CREAM es una crema de manos antimanchas que tiene como ingrediente principal el polvo de coral (mineraliza e ilumina) pero además incorpora manteca de karité (nutre, repara y protege), extracto de pétalo de capuchina (antimanchas y blanqueante), extracto de pepitas de manzana (reafirmante) y extracto de harpagofito y de regaliz (suavizantes). 49 € (100 ml). ¿El plus? Aplicada directamente sobre las uñas, las fortalece y reblandece las cutículas.
Se venden a través de la web www.reefwaterbeauty.com.
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