“Yo no quiero nada malo”, como dice la canción de Ana Guerra. Y por eso, como a la cantante de OT (es la embajadora de este producto), me gusta Magic Blush de Camaleon, que saca lo mejor de mi. De mis mejillas, para ser exacta.
Como os digo en el titular, mi colorete ya no es rosa ni rojo. Es azul, pero se convierte en un tono rosado suave cuando entra en contacto con mi piel (hay otro negro que se vuelve rosa intenso).
¿Su secreto? Como sucede con los labiales de Camaleon, el polvo azulado y el negro de estos compactos se transforman en el tono de rosa que “pide” nuestra piel, según nuestro nivel de hidratación. Como por arte de magia.
Se aplica con toques sobre pómulos o mejillas, y se difumina con la esponjita (no lo hagáis con los dedos que el producto puede teñiros las yemas. Y si lo hacéis, acordaos de lavaros las manos enseguida).
Si queréis un ligero rubor, basta con una pasada (y con poca cantidad porque sube bastante el color de las mejillas). Si os parece poco, y queréis intensificar el color, podéis repetir la operación. Y se elimina con nuestra limpiadora habitual.
12.50€ en herbolarios, farmacias y parafarmacias
*Este post es uno de los “micro post” que cuelgo en Instagram y lo “copio” aquí para los que solo me leéis en La Polvera.
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