Hay un cosmético que tod@s deberíamos tener siempre a mano, incluso si no se tienen los poros dilatados: un “minimizador de poros” o “pre-base”.
Se trata de un gel siliconado, con textura de polvo aterciopelado, que deja una película invisible sobre la piel y cubre todas las imperfecciones al instante.
Como su nombre indica, tiene un efecto “tapa poros” (más o menos como el de los que se aplican en la madera antes de pintarla) pero no se limita a eso. También cubre pequeñas arrugas y alisa el cutis como si le extendiéramos una finísima capa de barniz. De barniz mate.
Si se aplica sobre la cara lavada, esta se vuelve sedosa, como la piel de melocotón. Pero ese efecto es tan sutil, que se ve pero no se nota (de ahí que podáis usarlo los hombres sin miedo)
Como base, su misión es la de hacer de “barrera” entre la tez y el maquillaje (por eso el apelativo pre-base) para impedir que este se cuartee y se “cuele” en los poros abiertos y líneas de expresión. Así el “fond de teint” resbala mejor, dura más tiempo…
También se puede usar para retoques cuando aparecen los odiosos brillos en la nariz, barbilla y frente.
Ento es como el Scotch Britte: yo no puedo estar sin él.
El más nuevo:
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The POREfessional de Benefit, 32,55 € en Sephora
El compacto:
Skin Smoothing Face Prep de Nars, 30 € en El Corte Inglés
El pionero:
Clinique Pore Minimizar Refining Serum, 32€ en perfumerías
Con SPF 10:
