No sé vosotras pero yo soy negada para aplicarme el eyeliner!!
Me tiembla el pulso, me sale el trazo más grueso en un ojo que en el otro, se me corre por los extremos… ¡un desastre!
Y lo peor, es que me encanta como me queda!
Los días que tengo una fiesta o algo especial, recurro a mis hijas para que me lo pinten pero, como no siempre las tengo cerca, he decidido optar por este invento: el eyeliner adhesivo.
No es novedad porque Dior ya lanzó el año pasado Velvet Eyes, el primer kit de 4 dibujos ultrasofisticados (eran de terciopelo y alguno con cristales Swarovsky) que se adherían a ras de las pestañas. La pega que tenían era su precio: 70 €. Y además creo que fueron una edición limitada.
Ahora, en las tiendas Sephora encontraréis unos más asequibles (9,90 €), aunque de un solo trazo. No son de terciopelo pero llevan purpurina incorporada, que es lo más de lo más (estas navidades esmaltes, sombras, labiales…todos la tendrán).
¿Cómo se usan? Despegar (del papel) y pegar (en el ojo). No tiene más misterio.
Se retiran como cualquier adhesivo, y se pueden reutilizar varias veces pero no sabría deciros cuantas porque solo me los he puesto en dos ocasiones.
La primera vez, me los coloqué tal cual. Pero lo del “rabillo” levantado me pareció un poco excesivo, y lo corté! Ahora están más naturales y me gusta más como me quedan (aunque tampoco es algo para ponerse todos los días!)
¿Si se nota que no está dibujado? Si te miran muy de cerca e intensamente a los ojos, puede que si. Pero llegado ese caso, lo de menos es si el eye liner es de pega…
Maquillaje
