Hoy han rodado cabezas en la SGAE, hoy la entidad de gestión vivirá unos «sangrientos» Idus de Marzo, pero no se arreglará ninguno de los problemas urgentes. En una reunión de la junta directiva -la segunda en una semana-, la nueva presidenta, Pilar Jurado, ha incluido en el orden del día la destitución en cadena del director general y el secretario general, así como su sustitución inmediata, y el nombramiento del jefe de los servicios jurídicos, como estrambote.
Pero el acuciante problema de los repartos indebidos de la famosa Rueda de las TV ni se ha tratado. Tampoco, aunque estuviera anunciado, el voto electrónico. El reparto de diciembre fue un escándalo, porque no se aprobó y si se hiciera bien muchos de los miembros de la junta deberían devolver decenas de miles de euros (y las cadenas de TV que engrasan la Rueda, millones). Pero no estaba en el orden del día. Tampoco está claro que ninguna de esas medidas, las cabezas que han rodado o las “coronadas” con un alto cargo, vayan a espantar el fantasma de la intervención del Ministerio de Cultura, ni parece que vaya a atrasar medio minuto la cuenta atrás para que un juez decida que el cúmulo de irregularidades, escándalos y sumarios, además de la administración eventualmente desleal que ha merecido tantas quejas de los socios, dan para que se oiga un puñetazo ministerial en alguna mesa y la entidad reciba a sus gestores judiciales.
Cualquiera podría pensar que las destituciones parecen un movimiento normal después de tomar posesión un nuevo equipo, pero lo cierto es que en la SGAE nada es fácil de interpretar y se cambian los equilibrios de una entidad atrapada en los escándalos durante los últimos años. Se cambian sin saber quién sale beneficiado. Porque si hay algo claro es que la destitución de ambos cargos significa la muerte de la comisión deontológica y por tanto una impugnación -la segunda desde enero, con gran bronca de Hevia- del dictamen en el que demostraban que 14 miembros de esa junta directiva -que hoy aplicará los Idus de marzo a sus valedores- tienen un grave conflicto de intereses por sus enormes ingresos gracias a la Rueda. Todas las decisiones tomadas en el último año en ese órgano han beneficiado directa o indirectamente a la trama de cobros descontrolados por la música nocturna en las cadenas de TV investigada por la Audiencia Nacional.
Como sustituto del director general Gerardo Rodríguez, Pilar Jurado ha puesto a Miguel Ángel Recio, ex director general del INAEM y también de Bellas Artes en el Ministerio de Cultura, con el que, además, le une una larga amistad. ¿Un hombre del Ministerio bastará para parar los pies al juez? Ahora le toca hablar a él. ¿Mantendrá la comisión deontológica? A Gerardo Rodríguez lo mantienen como director financiero. El problema mayor ha sido, sin duda, que para sustituir a Carlos López en la secretaría general, Jurado estaba a punto de tirar -una vez más, según fuentes de la entidad- de la Rueda de las TV y se oía que iba a colocar como secretaria general a Mónica Sevil, abogada del expresidente Hevia durante la larga batalla que acabó con los editores multinacionales fuera de los órganos directivos de la SGAE y de paso permitió los repartos de recaudación de junio de 2018 y sobre todo de diciembre de 2018 muy por encima de los límites propuestos, y por ello rechazados en la asamblea por la mayoría de los socios, y por tanto sin aprobar. Pero ya repartidos…. ¿Santa Rita Rita? Salvo sorpresa de última hora esos serían los dos candidatos con más posiblidades. El primero, confirmado, ya ha negociado con la presidenta. No se han decidido a nombrar a Sevil, finalmente, y su puesto lo ejercerá la nueva jefa de servicios jurídicos, Elena González.
¿Cuándo se aplicará el tope de, 20% que la ley ya marca para los repartos nocturnos de la Rueda? No de momento, puesto que a la nueva presidenta le han parecido más urgentes los Idus de marzo, le ha apremiado que rodasen altas cabezas y de paso se eliminase el peligro de la comisión deontológica, con lo que debe molestar que esté siempre señalando las lamentables irregularidades que continúa habiendo en el órgano de gobierno de la organización. Suena bastante feo ¿Alguien puede pensar que ambas cosas no están relacionadas?
Pilar Jurado tuvo finalmente los votos necesarios para llevar a cabo la escabechina. Se oyó es que incluso los que la apoyaban están deseando que entre el juez e intervenga la entidad. Así lo ha comprobado este cronista: «Yo votaré por cambiar al director y secretario generales, porque quiero una nueva etapa, pero espero que eso no frene al Ministerio y la intervención sea pronto, porque todo es muy turbio», nos comenta un miembro de la junta poco antes de entrar en la reunión.
Algo en lo que casi todos están de acuerdo es que los cargos destituidos hoy, han sido durante bastante tiempo la última barrera técnica frente a las presiones del grupo de la Rueda y su destitución supone para algunos una quiebra de la memoria profesional en una casa donde las convulsiones han llevado a la Audiencia Nacional a investigar a los últimos presidentes y miembros de la junta directiva involucrados con las luchas por el poder y los repartos indebidos y no aprobados.
Cabe recordar, y no es baladí, que el Ministerio de Cultura tenía decidida la intervención a la SGAE y solicitada al juez cuando la junta destituyó a Hevia y encumbró a Pilar Jurado. Pero Pilar Jurado solo obtuvo unos cientos votos en las elecciones, apenas tiene representación en el cuerpo de socios y ha sido aupada a la presidencia maniobrando con acierto entre las luchas de unos y otros. ¿No servía su llegada para cumplir cuanto antes el requerimiento ministerial y evitar la intervención? En su primera nota de prensa parecía que sobre la amargura de tanta intriga se les había derramado el azúcar y todo era voto electrónico y acuerdos de alcance. Salvo el tema deontológico, en el que en lugar de aplicar las medidas apuntadas se creaba un grupo de trabajo… ¿Manera elegante de dilatarlo todo para llegar a los Idus? Hablamos de la misma junta y de los mismos actores de fondo, que han sido incapaces de cumplir los requerimientos ministeriales desde hace medio año. Por mucho azúcar que le añadan hoy, la SGAE sigue siendo un problema.
Esperemos que la entidad se meta en otro bucle de navajeos entre familias, en nuevas tragedias, sino que todos lo que tienen una responsabilidad allí se muevan en pro de una solución. Ni con Bruto de figurante, ni aunque sea hoy el aniversario de la muerte de César, entre todos y sin poder culpar a ninguno. ¡Si los Idus hablasen!
Dª Mónica Sevil Mezquida, en ejercicio del derecho de rectificación regulado en la L.O. 2/1984, de 26 de marzo, con relación al artículo “Los Idus de marzo en la Sgae: hoy han rodado cabezas” se ha dirigido a este medio solicitando que se publique que “no es cierto que haya influido ni permitido que los repartos de SGAE de junio y diciembre de 2018, ni que se hicieran por encima de ningún límite propuesto. Y que sólo ha representado una vez a la empresa editorial Busindre Producciones, S.L. en el procedimiento Ordinario seguido ante el Juzgado de Primera Instancia nº 17 de Madrid, en unión de otros editores candidatos a las elecciones, en las que se impugnaron las candidaturas de tres multinacionales por llevar más de dos legislaturas consecutivas en el cargo y que no ha representado en ninguna ocasión los intereses de D. José Ángel Hevia.”
Otros temas Jesús García Caleroel