Vale que las canciones de Encantada eran y son un coñazo (lo peor de los Oscar), pero que Àngels Barceló y Jaume Figueras ignoren a Kristin Chenoweth (que cantó una) me parece una gran cagada frÃa (si Helen Mirren dice cojones yo digo cagada, como Energy). Y gracias a que sabÃan (ella) quién era Miley Cyrus (Hanna Montanta) porque él se vanagloriaba de no tener ni idea. Tiene gracia el desprecio a la tele en una ceremonia tan llenÃsima de gente de la tele. Empezando, claro por Jon Stewart. ¿Cómo ni nombran a la gran Dixie Carter, la mujer de Hal Holbroock, sentada a su lado cuando lo enfocaron como nominado a mejor actor secundario? Como si hubiera estado la gala sobrada de estrellas.
Los televisivos iban de Patrick Dempsey (de Encantada) a Katherine Heigl, pasando por Keri Russell, Jennifer Garner (la madre que quiere al niño de Juno; Allison Janney también sale), Steve Carrel (The Office) o Calista Flokchart (acompañante de Harrison Ford, que era presentador).
Y una cosa para terminar (tengo que escribir crónica para el periódico asà que aquà dejo lo televisivo de aperitivo). Nos hemos vuelto locos. Después del vÃdeo de los muertos (o parpadeé o no vi a Roy Scheider), va Jaume Figueras (en serio, lo juro) y dice que Fernando Fernán Gómez y Emma Penella deberÃan haber tenido un hueco, que las academias deberÃan comunicarse esas cosas. Amárrame los pavos, pues gracias a que vimos la cara de Fernando Rey en French Connection, a la que se recordó como mejor pelÃcula. Sólo el esmoquin blanco a lo Alberto de Mónaco del corresponsal de Antena 3 me ha quitado el susto de la boutade de Figueras. Porque era broma, ¿no?
(Añado la crónica del periódico)
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