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Blogs Real Madrid: Historia y nada más por Luis Prados Roa

Se cumplen 50 años de la llegada de los extranjeros al fútbol español

Netzer y Óscar Mas en el Real Madrid y Cruyff, Ayala, Carnevalli, Arrúa, Keita… cambiaron las alineaciones de la Primera división

Se cumplen 50 años de la llegada de los extranjeros al fútbol español
El presidente Santiago Bernabéu conversa en los vestuarios con los nuevos fichajes Óscar Mas y Gunter Netzer en la presentación del Real Madrid en el verano de 1973. FOTO: EFE
Luis Prados Roa el

La llegada de los extranjeros en el verano de 1973 trajo una nueva ilusión a la Liga. El fútbol en España había cerrado el acceso de los futbolistas foráneos desde el Mundial de 1962 (una disposición que echó por tierra las tímidas aperturas de otra normativa anterior de 1953). Si bien existía la excepción a la regla: los oriundos, jugadores nacionalizados o con antecedentes españoles. Un resquicio legal que acabaría derivando en los ‘falsos oriundos’ a través del fraude en la documentación. Este escenario cambió en mayo de 1973. Una nueva disposición de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes rompió con el pasado al autorizar a todos los clubes la adquisición de «dos jugadores no españoles, cualesquiera que sean su nacionalidad y condiciones». Aquel verano fue el de los fichajes de jugadores que no sabíamos ni escribir. Los periódicos transcribían Cruyff y Cruijff. El Real Madrid fichó a Netzer (alemán, procedente del Borussia Mönchengladbach). «La peseta, en materia de traspasos, es más poderosa que el marco alemán», se podía leer en los rotativos deportivos.

El 13 de junio se confirmó el fichaje. Y el 25, Netzer aterrizó en Madrid con una expectación inusitada. Sin hablar español, vestido de negro, con unos zapatos del 46, ¡con melenas! («pelilargo» lo definió el cronista de ABC) «No es importante que un jugador tenga el pelo largo o corto, sino su rendimiento en el campo» dijo su intérprete… Además, se enfundó ante los fotógrafos la camiseta con el número 10, que era el de Velázquez. Ya estaba liada…

El 3 de julio, la prensa anunció, con sorpresa y cierta decepción, el fichaje del segundo extranjero madridista: Óscar Mas. 27 años y 35 veces internacional, que venía de River Plate como máximo artillero argentino, con 169 goles en 304 partidos. Mientras, Agustín Montal, presidente del Barcelona, hacía esfuerzos por traerse a Cruyff: «Su suegro, mánager del futbolista, está muy ilusionado» declaró ante los medios. El 2 de agosto los periódicos hablaron de la ruptura de negociaciones por Cruyff, por cuanto el Ajax había pedido 170 millones de pesetas, pero el día 19 se especuló con que jugaría el Gamper (costaría alrededor de 120 millones). El ‘crack’ holandés llegó con problemas federativos que le impidieron jugar hasta la octava jornada del campeonato, ya a finales de octubre.

La plantilla blanca se presentó el 16 de julio, con ovación del público a don Santiago. En compensación por el fichaje de Mas, la presentación del nuevo Real Madrid en el estadio Bernabéu fue ante River Plate (3-1). Se cumplirán este agosto 50 años y debo decirles, queridos lectores, que yo fui a ese partido, con gran entrada en Chamartín, mucho calor, focos encendidos y ¡los nuevos extranjeros! Netzer era de una elegancia sin igual; de vigorosa zancada, capaz de poner un balón al otro lado de la cancha con un desplazamiento exquisito de precisión; mejor futbolista alemán en 1972, la crítica dijo que sus mejores momentos como futbolista ya habían pasado, pero lo cierto es que las dos últimas temporadas de las tres como madridista fueron de un alto nivel. El Madrid ganó aquellas dos Ligas con Netzer y Breitner (y Cruyff solo una). Los dos alemanes jugaron 100 partidos oficiales con los de Chamartín.

Óscar Mas solo militó aquella 73-74. En su debut, el propio futbolista se definió como habilidoso y chutador. Se marchó con 11 goles anotados, siendo el máximo goleador del equipo, pero el fracaso en Liga (octavos en la clasificación) lo señaló como uno de los culpables. Mayor fue el del entrenador Miguel Muñoz, toda una institución, destituido a mitad de curso tras 15 temporadas. Se disputó después la Copa del Generalísimo (que no pudieron jugarla los extranjeros hasta la 77-78) y, sin Netzer ni Mas, el Real Madrid de Molowny le metió, en junio de 1974, siete goles al Betis, siete al Granada, cinco a Las Palmas y 4-0 al Barcelona en la final (que tampoco pudo contar con Cruyff, claro está). Fue la revancha del famoso 0-5 en Liga.

El Ratón Ayala y el Cacho Heredia, unos melenudos despreocupados, vinieron los primeros días de julio acompañados de Salvador Santos, sin maletas, y pasaron el reconocimiento médico antes de su primera visita al Vicente Calderón. Heredia manifestó: «Mi novia ha puesto velas a la Virgen para que el fichaje se realizase». Habían compartido desde la infancia en Buenos Aires equipos y amistad, y ficharon desde San Lorenzo de Almagro para el Atlético del Toto Lorenzo, en una operación conjunta que costó 18 millones de pesetas. Ficharía también Panadero Díaz, que al aterrizar en Madrid el 1 de agosto declaró: «Vengo como oriundo, no como extranjero; mi abuelo es de un pueblo de Lugo». Con su bigote inolvidable y a pierna cambiada, la velocidad de Ayala fue un puñal en el ataque; el «11» rojiblanco se convirtió en todo un ídolo y leyenda del Manzanares.

También hubo extranjeros en Segunda división: Olmedo y Mamelli en el Betis; Galleguillos en el Salamanca, Omar Rey en el Hércules, Amarillo en el Valladolid o Biri Biri y Espárrago en el Sevilla. Biri Biri, ídolo del Sánchez Pizjuán y natural de Gambia, fichó por el club hispalense el 28 de junio procedente del fútbol danés. Era tanta la urgencia por su fichaje que la firma se hizo a su llegada a Madrid, sin esperar más. Los periódicos lo llamaban ‘atleta’ y, en su debut ante el Colo Colo el 29 de agosto, el cronista de ABC, lo calificó como «valiente, rápido, elástico, ágil» y que le pega al balón con los dos pies.

La sensación que quedó fue que el Real Madrid no dio con la tecla en los fichajes, porque en la historia de nuestro fútbol aquellos extranjeros fueron ídolos que quedaron como leyendas en tantos equipos: con Cruyff y Sotil, el Barça ganó la Liga tras 14 campañas. Con Ayala y Heredia, el Atlético fue campeón de la Copa Intercontinental, tras ser finalista de la Copa de Europa, que mereció ganar, o al menos, como en todas sus finales, la tuvo al alcance de la mano. Inolvidables en la afición fueron el valencianista Salif Keita, que con 27 años firmó por cuatro temporadas, procedente del Marsella. Veloz, de enorme zancada, protegía de maravilla el balón y tenía gran destreza con ambas piernas. Fue la época la de los «zaraguayos» del Zaragoza, extranjeros y oriundos, con el paraguayo Soto, de infancia argentina, que llegó a La Romareda y declaró: «Tengo una gran facilidad para forzar penaltis»: Ocampos, Soto, Blanco, Diarte, Arrúa y más tarde Ovejero. ¡Qué futbolista el Nano Arrúa!, bajito, moreno, audaz y de media melena, ya marcaba goles con 15 años en el cerro Porteño; fue un auténtico «10». Mediado el otoño llegó el Lobo Diarte, con zancada, verticalidad, regate y un poderoso juego aéreo.

Desde entonces el Real Madrid aprendió a incorporar extranjeros u oriundos desde la propia Liga española: Wolff y Guerini, pero después Valdano, Hugo Sánchez, Schuster, Redondo y Laudrup, Zamorano, Mijatovic y Suker, Figo, Ronaldo, Solari, Makelele y Conceiçao, Pablo García, Baptista y Saviola, Garay, Keylor Navas y Courtois… Aunque entre los extranjeros de su historia con más partidos figuren, en cambio, en este orden, una colección de leyendas: Benzema, Marcelo, Roberto Carlos, Modric, Cristiano, Kroos, Varane, Casemiro o Pepe. Todos fueron algún día la ilusión de los últimos fichajes del álbum de cromos.

 

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