Los que inventan mentiras en política crean un arma falsa para competir deslealmente en la lucha por el electorado. Es como cuando los empresarios recurren a los actos de engaño para atraer hacía sí la clientela. Pero así como en el ámbito del mercado los actos de engaño son reprimibles porque se consideran actos de competencia desleal; es decir, actos de abuso de la libertad de competir, en política recurrir a la mentira todavía sale gratis.
Ahora bien, si la mentira política en sí misma es inaceptable, los verdaderamente indecentes son los dirigentes que aprueban que se difunda convenientemente la noticia falsa. Entre los destinatarios de las noticias falsas, o sea nosotros -el pueblo-, hay quienes siempre están dispuestos a creerlas (actitud pasiva) e inclusa difundirlas lo más posible (actitud positiva) cuando las mentiras coinciden con su ideario político. Los que piensan políticamente lo contrario simplemente las rechazan, y de éstos los más ideologizados hasta las combaten. Finalmente, el gran público asiste atónito a un combate entre afirmaciones falsas y sus correspondientes desmentidos sin saber a qué atenerse.
Lo indignante es que la mentira se haya convertido actualmente y gracias a la falta de controles en la red en un ingrediente muy utilizado en la lucha política. Hemos llegado a que la conquista del poder lo justifica todo, hasta la mentira y el engaño. Y no hay que confundir que en la lucha política se utilice como arma la incoherencia del adversario ante hechos reales protagonizados por él en la oposición y en el poder (como le sucede a Sánchez que con el ébola que causó la muerte de un perro promovió un escándalo y ahora con 13.798 muertos le pide a la oposición “unidad silenciosa”), con idear a sabiendas una falsedad y difundirla por la red para sacar provecho en la política, que acaba convertida de este modo en una verdadera pocilga. Lo que acabo de decir es extensible a todos, insisto, todos los políticos de todos los partidos, que no respetan a la ciudadanía al recurrir al engaño y a la mentira.
Política José Manuel Otero Lastresel