Estoy seguro de que los de mi generación, sobre todo los que iban a colegios de religiosos, habrán oído hablar del “respeto humano”. Entonces se decía que una persona obraba por respeto humano cuando hacía o dejaba de hacer algo no por razones objetivas, sino principalmente por la opinión de los demás, por el famoso “qué dirán”.
Pues bien, hoy está en boga una variedad del respeto humano, que podríamos calificar como “el respeto humano en política”, que afecta casi exclusivamente a los políticos de centro derecha y derecha, y que están propagando interesadamente los de izquierdas o centro izquierda.
Para que vean con claridad a lo que me refiero, ya se ha puesto en marcha “el qué dirán”. Vean dos ejemplos recientísimos. Ayer Pedro Sánchez y hoy Ábalos mostraron su inquietud ante el hecho de que se pueda “legitimar o normalizar” el acceso de Vox a puestos de gobierno, añadiendo que “el objetivo es poder llegar a acuerdos para frenar fuerzas que no respetan la Constitución”. Ambos abogan para que determinadas “fuerzas no formen parte de la gobernabilidad». El otro ejemplo aparece en el ABC.es, en el que se acaba de publicar que “El alcaldable Manuel Valls, auspiciado por Ciudadanos, amenaza a la formación de Albert Rivera con una «ruptura total y definitiva» si la formación naranja se embarca en pactos y acuerdos con Vox. El ex primer ministro galo pidió a la formación que ha impulsado su candidatura a la alcaldía de Barcelona (con escaso éxito, añado yo) que se abstuviera de pactar con el partido de Santiago Abascal en municipios y comunidades”.
Véase, pues, cómo desde sectores interesados se trata de instalar en la opinión pública (en el qué dirán) la idea de que “no se debe pactar con fuerzas que no respetan la Constitución”. Pues bien, por si algún ingenuo pensaba que “esas fuerzas” contrarias a la Constitución son los independentistas catalanes (que ya han dado un golpe contra la Constitución y persisten en su actitud), resulta que de los que hablan es de los de Vox. Los cuales, curiosamente, todavía no han realizado acto alguno (ni siquiera en el reciente acatamiento a la Constitución a diferencia de los golpistas) que suponga una falta de respeto a la Constitución.
Espero que los líderes del PP y de C,s no sean tan pardillos como siempre y que no caigan en la trampa que les están tendiendo con su habilidad habitual desde sectores interesados en dificultar la obtención de parcelas de poder por parte de los partidos de centro y derecha. Porque si el PP y C,s se ponen remilgosos y no pactan porque ceden ante este nuevo qué dirán o “respeto político”, verán como el PSOE no se piensa ni un minuto en qué dirá la gente si pactan con Bildu o los independentistas. Ellos seguirán haciendo lo que le venga en gana, incluida la desfachatez de “advertir” al PP y a C,s de que no pacten con Vox.
Dicho lo que antecede, pienso que a la hora de trazar la futura política de pactos C,s debería tener en cuenta el enorme poder acumulado que tiene el PSOE en la presente legislatura, de suerte que, en mi modesta opinión, la mejor manera de seguir creciendo y contando con el favor de la ciudadanía sería evitar que el partido socialista pudiera acumular todavía más Comunidades Autónomas y Alcaldías de las que ya ha ganado.
Política José Manuel Otero Lastresel