Según el Diccionario de la RAE, la primera acepción de la palabra “convicción” es “idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido”. Es de suponer que la ideología de los partido políticos se forme, en una buen parte, de “convicciones” que en su caso serán las ideas política a las que la formación política de que se trate está fuertemente adherido.
Por eso, cuando en diciembre de 2017 el grupo parlamentario del PSOE apoyó un petición impulsada por el PP pidiendo que el Tribunal de Cuentas fiscalizara cuanto antes el dinero público empleado por la Generalitat en las llamadas “embajadas catalanas”, es de suponer que los ideólogos del partido tenían la firme convicción de que no sería lícito que la Generalitat estuviera destinando el dinero público a financiar actividades que eran claramente ilícitas por asumir competencias que no le eran propias, sino del Estado central.
Lo que sorprende es que lo que era, se supone, una firme convicción, haya sido abandonada pocos años después. Y que el PSOE de hoy esté tratando por todos los medios de que el Tribunal de Cuentas haga la vista gorda en su función de someter a control jurídico-contable la gestión económico de la Generalitat durante el “procés” y condone las deudas de las que han sido declarados responsables los sediciosos-independentistas.
¿Qué ha sucedido con la firme convicción sobre el implacable control sobre los gastos ilícitos de la Generalitat que tenía el PSOE en 2017? Todo parece indicar que dicha convicción tornó inesperadamente en conveniencia y donde era urgente hacer que la Generalitat cumpliera la Ley hoy es lo contrario: el PSOE está propugnando que el Tribunal de Cuentas vuelva sobre el pasado y revoque una resolución justa liberando a los sediciosos condenados de las consecuencias de su desviación de fondos contraria a Derecho.
Hace tiempo que el PSOE por la precariedad parlamentaria del Gobierno está en una alocada carrera de cambiar “convicciones” por platos de lentejas-conveniencias. No se sabe que consecuencias electorales tendrá esta postura, ni siquiera si llegará a tenerlas. Pero para los que creemos en el interés general de España posturas como ésta del PSOE están acabando con él.
Política José Manuel Otero Lastresel