Los politólogos enterados pronostican que el domingo serán los resultados electorales más inciertos de las últimos convocatorias debido, sobre todo, a los buenos resultados que obtendrían los dos nuevos partidos que han venido despuntando en todas las encuestas. Los motivos para votar a las nuevas formaciones serían una masiva movilización de la juventud con ansias de cambio y el desencanto de una parte del electorado ante los numerosos episodios de corrupción de los dos partidos mayoritarios. ¿Será esto lo que va a suceder? Veamos.
Todo parece indicar que Podemos y Ciudadanos tendrán un buen resultado electoral, sobre todo si se tiene en cuenta su situación anterior. Pero pienso que estas dos nuevas formaciones no tendrán el resultado que esperan porque, aunque se nutrirán en mayor medida de los nuevos votantes, no hay que descartar que los que ya lo hayan hecho alguna vez en el momento mismo de depositar el voto vuelvan a dar su confianza a alguno de los partidos tradicionales.
Lo que parece seguro es que el PP seguirá siendo el partido más votado. Y, aunque ha tenido el desgaste propio de gobernar y ha recibido ataques de toda la izquierda, los buenos resultados económicos de que ha podido hacer gala durante la campaña electoral auguran que sus resultados serán mejores aún que los pronosticados.
La incertidumbre parece cernirse sobre el PSOE y IU. El gran desgaste del último paso por el gobierno del PSOE -que, lejos de haber sido restañado por su nuevo secretario general, parece haberlo aumentado por su nefasta campaña electoral- hace pensar que el partido socialista puede incluso llegar a perder –cosa que sería grave- la condición de partido de gobierno. Algo parecido puede decirse de IU: los “aromas” que llegan es que va a ser fagocitada por Podemos, que se hará también con una parte relevante del electorado del PSOE.
Si las cosas resultan según apuntan las apariencias, el bipartidismo dejará paso a un nuevo panorama electoral formado por un partido fuerte entre la derecha y el centro (el PP), otro de bastante menor tamaño en el centro (Ciudadanos), y una izquierda muy fraccionada (Podemos, PSOE, IU, entre otros) que en su conjunto no llegaría a reunir ni siquiera a la mitad del electorado. Mención separada merecen los partidos nacionalistas, a los que parece que también pueden afectar, aunque no me atrevo a decir en qué medida, las ofertas de Podemos y Ciudadanos.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel