No sé si merece la pena volver a dedicarle una Entrada en mi blog a Pedro Sánchez. Escribí mucho sobre él cuando era Secretario General del PSOE y estaba tan obsesionado con Mariano Rajoy que hablaba más de él que de sus propuestas. Gracias al Comité Federal de dicho partido, España se lo sacó de encima y confío en que haya sido para siempre.
Pero me irritan tanto las sandeces y falsedades que dice el señor Sánchez que teniendo otros temas más interesantes sobre los que escribir voy a hacerlo una vez más –y me temo que no será la última- sobre este narcisista personaje.
El último fin de semana Pedro Sánchez ha estado mitineando en Valladolid a sus escasos convencidos –siempre hay gente “pa tó”, como dijo el Gallo sobre Ortega y Gasset- a los que les habló de su famoso “no es no”, de la “unidad de la izquierda” y de su modelo de partido.
Sobre su cantinela del “no es no”, dijo -ahí es nada- que más que un lema es “una nueva forma de hacer política”, de “ser revolucionario y coherente”. Como el tiempo es un juez insobornable que acaba poniendo a cada uno en su sitio, ahora trata de “adornar” con frases huecas lo que vio toda España y que él nunca se atrevió a desvelar: “no es no” es una frase incompleta a la que le faltaba añadir “salvo que sea yo”. El “sí” solo aparecería en el caso de que fuera él presidente del gobierno de España.
Respecto de que persigue “la unidad de la izquierda”, nada hay que decir salvo lo que revelan los hechos. Y es que mal puede ofrecerse para unir a la izquierda alguien que está dividiendo profundamente a su propio partido.
Por último, decir que hay dos modelos de partido socialista, el de la actual gestora (que ha conseguido, entre otros logros, pactar con el PP la subida del salario mínimo en un 8% y el bono social eléctrico, y recomponer las relaciones con el PSC) y el suyo que es un modelo de verborrea vacía: “autónomo, unido, de izquierdas, donde la militancia decide”.
Si lo de autónomo, significa, como parece, que es independiente, esto es algo que tiene en mayor medida el modelo de la gestora que el suyo, porque el propio Sánchez declaró la conveniencia de pactar con Podemos y los nacionalistas. Sobre lo de “unido”, ya he dicho que su egocentrismo (“no es no salvo que sea yo”) está poniendo en riesgo la unidad del partido: a Sánchez solo le interesan “los que se unan a él”. Lo de que en su modelo el PSOE sea un partido de izquierdas, ¿significa que hasta ahora él está militando en un partido que no lo es? Y respecto de la decisión de la militancia es el subterfugio que utiliza para tratar de volver a la secretaria general del partido aunque con ello lo despedace y haga añicos.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel