Hoy ha declarado en el Tribunal Supremo, ante el Magistrado instructor de la causa, Rita Barberá en su condición de investigada por un supuesto delito de blanqueo de capitales. Se acusa a la antigua alcaldesa de Valencia de haber ingresado en las cuentas del PP una donación de 1.000 euros para recibir después la misma cantidad en dinero negro.
La senadora admitió la donación, pero negó rotundamente haber percibido, según se afirma en la causa, la devolución de la indicada cantidad en dos billetes de 500. Los Tribunales nos dirán en su día cuál es la llamada verdad judicial.
Al comentar Pablo Echenique, como Secretario de Organización y portavoz de Podemos, las declaraciones de Rita Barberá, afirmó que “era como una telenovela que ya no sorprende a nadie”. Lo malo es que de la telenovela de Echenique ya conocemos el final y de dicho final se desprende que el pasado del dirigente de Podemos no es impoluto, por lo que lo mejor sería que se callara antes de juzgar la conducta de los demás.
En efecto, como muchos de ustedes recordarán, Pablo Echenique, después de declarar públicamente en mayo de 2016 “es una vergüenza que no se pague la Seguridad Social de las cuidadoras”, estuvo alrededor de un año en una situación irregular manteniendo a su cuidador sin darlo de alta en la Seguridad Social, con un contrato verbal, y pagándole en dinero negro.
Por lo que antecede, se puede afirmar, en primer lugar, que Echenique es de los que militan en las filas de los propugnan “haz caso de lo que predico, no de lo que hago”. En segundo lugar, que no parece que sea el más apropiado para censurar las posibles anomalías ajenas, ya que la actuación con su cuidador no goza de la limpieza requerida. Y, finalmente, que de la supuesta “telenovela” de Rita Barberá desconocemos el final, mientras que de algunos capítulos de la de Pablo Echenique conocemos el final y no es muy edificante.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel