Se está convirtiendo en un lugar común afirmar que Rajoy es lento a la hora de tomar decisiones. Y hasta hay quien de manera maliciosa resalta la supuesta coincidencia de esa forma de gobernar con la que, al parecer, utilizaba Franco.
Los que así piensan olvidan que los tiempos de los medios de comunicación o de la oposición no tienen por qué coincidir con los del gobierno y que, hasta ahora, los hechos le han dado la razón al presidente.
Y es que el único que habla y actúa con toda la información en la mano es el presidente del Gobierno y, por eso, no es de extrañar que no tome las decisiones que le sugerimos los demás, sino las que aconseja la exhaustiva información que maneja.
Ya sucedió con la casi unánime petición de solicitar el rescate a la UE que una y otra vez le demandaban todos los que dejaban oír su voz en los medios. Y está pasando ahora con los candidatos que habrán de encabezar las listas a la alcaldía y a la Comunidad de Madrid.
Entonces Mariano Rajoy tenía razones para no pedir el rescate (entre otras, que los de la troika no lo revelaban las condiciones) y hoy es de suponer que también las tiene. Y no creo que su silencio sea para jugar con nosotros o porque no le da la importancia que tiene la designación de esos candidatos, sino precisamente por todo lo contrario, porque una decisión a destiempo es un error y a veces difícilmente reparable.
Creo que sobre alguno de los nombres que circulan sobrevuelan todavía algunas incertidumbres y como seguramente para el Partido Popular ganar tanto la alcaldía como la presidencia de la Comunidad de Madrid tiene mucha importancia, me parece un acto de responsabilidad no precipitarse y esperar a dar los nombres hasta que tenga la seguridad de que serán candidatos sin posibles obstáculos judiciales.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel