En la palabra “Zapato”, el Diccionario de la RAE recoge el significado de la expresión “saber alguien dónde le aprieta el zapato”: “saber bien lo que le conviene”. Pues bien, pasado cierto tiempo de su acceso al poder autonómico y municipal, y transcurridos ya 109 días desde la celebración de las últimas elecciones generales, Podemos empieza a saber perfectamente lo que le conviene.
En efecto, tras un innegable éxito en las citadas elecciones, y después de haberse convertido en la tan denostada por ellos “casta”, están viendo cómo empieza a pincharse su globo y tratan de sacar el máximo partido antes de que pierdan una buena parte de lo conseguido.
Les pido, queridos lectores, que vuelvan a traer a su memoria la arrogante comparecencia en la que, al tiempo que Pedro Sánchez recibía el encargo de Felipe VI de intentar la investidura, Pablo Iglesias y la plana mayor de Podemos se ofrecían a pactar con el POSE a cambio de que aceptaran sus exigencias políticas y cedieran varios sillones ministeriales –y no los menos importantes- en el consejo que proponía formar.
Desde entonces, el señor Pablo Iglesias ha ido haciendo lo que el llama “concesiones” al PSOE que han consistido en rebajar gradualmente sus pretensiones políticas iniciales y decir que renunciaba al cargo solicitado pero nunca obtenido de Vicepresidente del Gobierno. Hasta que en el día de hoy el señor Iglesias lo ha reducido todo a un documento que recoge 20 propuestas para alcanzar un acuerdo con el PSOE y los partidos que apoyarían la investidura por la llamada vía valenciana.
Entre las nuevas concesiones que ofrece Podemos cabe destacar que la “renta garantizada” se iría implantando gradualmente. En cuanto a la reforma laboral, se rebaja de 950 a 900 € al mes el importe del salario mínimo interprofesional y se acepta parcialmente la reforma laboral efectuada por el PP. En Educación y Sanidad proponen recuperar en 2017 los porcentajes de gasto del PIB de 2009 en ambas partidas pero rebajando el porcentaje (de 4,6% se pasa al 3,7% en educación y del 6,8% al 5,3% en sanidad). Y, finalmente, rebajan la cifra de 90.000 millones de euros a 60.000 que proponían como importe del gasto en su conjunto.
Seguramente, muchos de ustedes llegados a este punto se preguntarán a qué se debe esta política actual de cesiones de Podemos. Puede haber diversas razones y cada uno de ustedes tendrán su propia explicación, pero estoy seguro de que no serán pocos los que coincidan conmigo en que Podemos tiene un miedo cerval a que se convoquen elecciones.
Y ello porque las encuestas, que sirven para avanzar tendencias, son prácticamente unánimes al pronosticar un importante descenso en los escaños que obtendría Podemos. Así que si Podemos está cediendo no es por convicción, sino para que Pedro Sánchez logra por fin mayoría suficiente para obtener la confianza del Congreso. Pero no porque les entusiasme el indicado líder, sino porque ya saben “donde les aprieta el zapato”: les conviene ceder lo máximo para que no haya elecciones en las que podrían perder una parte relevante de escaños. Y es que si hasta ahora se dice que “es preferible lo malo conocido que lo bueno por conocer”, después de los meses que llevan gestionando los de Podemos nuestros ayuntamientos y gobiernos autonómicos la gente empieza a pensar que a nivel estatal “es preferible lo malo conocido que lo pésimo por conocer”.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel