Como es sabido, el Diccionario de la Lengua española de la Real Academia experimenta constantes actualizaciones, cuya finalidad es recoger las palabras que utilizan habitualmente al expresarse los hispanohablantes. Ayer el Director de la Real Academia presentó las últimas incorporaciones, alguna de las cuales provienen de la penosa situación sanitaria por la que estamos pasando (confinamiento, COVID, etc) y de la discusión política (fascistoide).
De todas las añadidas al Diccionario celebro especialmente dos: “partidocracia” y “presentismo”. Y ello porque han entrado en el Diccionario por la puerta principal y dado el uso permanente de lo que significan.
Pero entiéndaseme bien, no afirmo que comparta el fenómeno de la partidocracia o del presentismo. Lo que quiero decir es que cuando quise escribir sobre ambas realidades no figuraban esas dos palabras en el Diccionario y, por tanto, me veía obligado a utilizar expresiones que entonces no formaban parte de nuestra lengua oficial.
En efecto, partidocracia o partitocracia (De partido y -cracia) qué significa “Situación política en la que se produce un abuso del poder de
los partidos”. Creo que la gran mayoría de los ciudadanos convendrán que hoy el poder político está fuertemente concentrado en los partidos que están introducidos en los tres poderes del Estado.
Y la segunda “presentismo”, cuya significación es “Acción y efecto de estar presente. ‖ 2. Proyección de los valores del presente en el pasado”. La reclamación constante de que pidamos perdón por hechos que tuvieron lugar hace varios siglos (como la conquista de América) suponen juzgar el pasado no con los criterios de entonces, sino con los del tiempo presente.
A partir de ahora, la utilización de partidocracia o partitocracia será correcta y hablar de presentismo, al que tal vez debería añadirse histórico también. Pero ambas realidades no me gustan.